El dúo boliviano Negro y Blanco actuó en BarnaSants por segundo año consecutivo.
La primera mala noticia —y afortunadamente última del concierto de anoche— fue la ausencia del trovador Luis Rico. Problemas de última hora lo retuvieron en La Paz privando al público —que abarrotó el auditorio de la Casa América de Catalunya— de un concierto único en el que se proponía un mano a mano entre dos generaciones de trovadores bolivianos.
Este año el BarnaSants estrenaba convenio de intercambio entre trovadores bolivianos y catalanes al igual que se hizo el año pasado con el Centro Pablo de la Torriente Brau de Cuba. Confiemos en que esta ausencia no tendrá repercusiones en la continuidad de tan excelente idea.
En este sentido Christian Benítez y Mario Ramírez insistieron ayer en la idea del mestizaje, del intercambio, de la integración. Del respeto por la cultura del que viene y del respeto por la cultura del que está. Y de la suma de ambas que al fin y al cabo es lo que nos hace avanzar como pueblos.
Los Negro y Blanco reivindican ante la canción-protesta —a la que no renuncian y de la que no se sienten ajenos— la canción-propuesta. Interesante idea puesto que la protesta sin propuesta es, de hecho, una queja.
Empezaron, como no podía ser de otra manera, con "Píntame Bolivia" y siguieron con varias composiciones en la más pura lírica de la trova como a "A quemaluz" y "Ellas". Hubo tiempo también para la recuperación de canciones antiguas como "Tesis" y al final para las canciones más inspiradas en los bailecitos, cuecas, caporales y chacareras.
Fue un concierto fresco, ameno, con tiempo para todo. Un concierto para escuchar, reflexionar, emocionarse y divertirse. Esperemos que esto, y el éxito de público, provoquen un nuevo regreso.
El jueves 14 de marzo Mayte Martín presentó en el Teatro de la Maestranza de Sevilla su nuevo espectáculo: Tatuajes. Se trata de una colección de joyas de grandes autores universales llevados magistralmente al territorio particular de la artista. Con este concierto y con el disco que lleva el mismo nombre, rinde homenaje a la canción de autor más global, a la que traspasa fronteras y conforma una parte primordial de la memoria sentimental de diferentes generaciones.
Desde los veintiún años la argentina Carmen Aciar es una barcelonesa más, llegó para descubrirse en su arte por las calles de Barcelona, sumando sus propias historias desde que llegó en ese agosto de 2022 para habitar esta ciudad en sus incertidumbres, sus composiciones ya conforman su primer disco Historias mías.
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