El dúo que forman desde hace 10 años los mendocinos Raúl Tilín Orozco y Fernando Barrientos festejó anoche el lanzamiento de su tercer disco, Tinto, donde reafirman su personal modo de abordar la música cuyana, con un recital intenso que contagió alegría a un público fiel.
Télam - “Nosotros empezamos a tocar en los locutorios porque no nos iba a ver nadie”, disparó entre risas un feliz Barrientos, quien vestido con una remera de Pescado Rabioso y su enrulado pelo largo, cautivó desde su bella voz y junto a su fiel compañero de ruta, Orozco, productor, junto a Gustavo Santaolalla de este flamante álbum.
Atravesado por una estética que si bien se alimenta de la música tradicional cuyana no se priva de tomar elementos del rock y la trova, el dúo desbordó alegría y emoción al interpretar un cancionero colorido en el que no faltaron gatos, cuecas, la tonada la copla, la canción y aires de chacarera.
El clima festivo, potenciado por la celebración del cumpleaños de Orozco, se desató en la sala de Balcarce 460, del barrio de Monserrat, cuando la dupla, acompañada por tres guitarras y percusión, interpretó gemas como La refranera y Póngale por las hileras, de Félix Dardo Palorma, la bella y anónima Tonada anónima del arbolito y canciones propias como Bajo los sauces.
“Este quería ser panadero el huevón, heladero, no sé”, dijo el cantante en otro pasaje de la noche en alusión a su compañero Orozco, quien con su sombrero negro y una actitud y un toque propio del rock, ejecutó guitarra española, guitarra acústica, guitarra de siete cuerdas y hasta un cuatro.
La complicidad entre los músicos y el público crecía a medida que avanzaba el extenso concierto —el dúo tocó unos 25 temas— en el que también se también volvieron a sacar a la luz piezas como la cueca Tordo viejo (de Laborda y Fruttero), la rabiosa Chilenitas y el romántica El amor puede salvar.
Así, desde un sonido más sucio y buscado en las guitarras, la dupla abordó temas como la soledad en la hermosa Rosita y no faltó la mirada social en Cara sucia.
En un escenario de despojado y con una iluminación que le daba un tono diferente a cada pasaje del show, Barrientos desplegó todo su carisma y defendió desde su interpretación —sin la necesidad de alzar la voz o de gritar— a este elogiado disco, al que Orozco definió como “un trabajo que nos representa en nuestra plenitud”.
Desde esa alegría que destilan en el escenario y la sensibilidad puesta al servicio de la canción, el dúo que en su extenso recorrido grabó Celador de sueños y Pulpa se reencontró anoche con el público porteño, que no solo sobresalió por su calidez, sino también por conocer y cantar los temas, aunque sean nuevos, en algunos casos de punta a punta.
La cantautora catalana Lia Sampai, originaria de las Terres de l'Ebre, se encuentra en la antesala del lanzamiento de su tercer álbum de estudio Un Delta fràgil, previsto para el 18 de abril y del que acaba de presentar su segundo single.
La trovadora chilena Elizabeth Morris emerge una vez más con su nuevo trabajo, Los ojos del corazón, un álbum que refleja un proceso creativo de introspección y madurez artística.
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