José Jesús Gómez: «Nuestro enemigo es el reggaetón, no el que vota en contra»

José Jesús Gómez (La Asunción, Venezuela) es músico y director de coros. Trabajó como agregado cultural en las embajadas de Venezuela en Panamá y Uruguay y desde el 11 de abril de este año ejerce como director general del Instituto de las Artes Escénicas y Musicales (IAEM) del Ministerio del Poder Popular para la Cultura de Venezuela.

¿Qué es el IAEM?

El IAEM es una plataforma del Ministerio de Cultura que tiene como propósito la investigación, la promoción y la visualización de los artistas venezolanos en las áreas de música, danza, teatro y circo.

Y ahora dentro del IAEM se ha creado la Agencia de Representación de Artistas (ARA).

ARA es una agencia pensada en aquel artista nacional que no tenga apoyo desde el punto de vista logístico para su proyección internacional. Logístico y muchas veces económico. Entonces el Ministerio de Cultura —a través de sus diferentes plataformas, como el caso del CENDIS, que ha logrado visibilizar a más de 500 artistas a través de sus grabaciones—, en el caso de la música concretamente, nos estamos planteando que nuestros artistas tengan presencia en los principales festivales de todos los continentes. Nosotros lo que estamos haciendo es un acompañamiento en el plano más humano de esos artistas.

¿Cómo se traduce esto a efectos prácticos?

La agencia de representación es una empresa del capitalismo, una empresa de comercialización. Sinceramente ahora a nosotros en este momento —en esta fase de la agencia— no nos interesa compensar la inversión que se hace para que un artista esté presente en estos festivales con la retribución económica que él pueda lograr o no. Lo que nos interesa en este momento es que nuestros artistas tengan proyección internacional y si en ello hay que invertir, lo haremos.

Entonces, por ejemplo, José Alejandro Delgado está haciendo una gira por 11 ciudades de Europa con un proyecto muy hermoso con nuestro acompañamiento. Él tiene cubierta toda la logística de alimentación, de traslados, etc. desde esta agencia; con el apoyo también de otras instituciones del Estado. Y eso lo queremos repetir con todos, porque hemos identificado que hacía falta esa cara de la moneda, cuando el artista ya está formado, ya tiene un disco y no tiene quién lo acompañe.

Estarás de acuerdo conmigo en que el potencial de la música venezolana está a la altura del de los mejores países americanos. Entonces ¿a qué crees que es debido que sea tan desconocida en el resto del mundo?

Justamente a que nadie se había planteado que se promoviera a los artistas venezolanos. Una persona una vez me dijo: "el problema de la música venezolana es que no es bailable" y yo le pregunté: "¿La música de Mercedes Sosa es bailable? ¿La música de Ástor Piazzolla es bailable? ¿La música de Silvio Rodríguez o Pablo Milanés es bailable?". No, no es bailable. Es una música de un altísimo nivel artístico. Es música para ser disfrutada. Esto es una excusa que por muchos años se esgrimió para justificar la no presencia de nuestro país en estos espacios.

Pero nos hemos dado cuenta que Venezuela en este momento se conoce en todas partes del mundo a través de su sistema de orquestas. Tenemos unos referentes impresionantes a nivel académico como es el caso del maestro Gustavo Dudamel, un joven de treinta y tantos años que ya ha dirigido las principales orquestas del mundo. ¿Cómo se ha logrado eso? Porque ellos han tenido una capacidad de proyección internacional muy eficiente. Nosotros queremos lograr, salvando las distancias de lo que es un proyecto de esta magnitud, lo mismo. Sabemos que esa es la vía, marcar presencia, darse a conocer, entender que la imagen de nuestro país tiene que ser por lo cultural.

Tanta gente no se ha dado cuenta de la riqueza cultural que hay en Venezuela y es obvio que no se enteren de eso cuando tú lees la prensa del mundo hablando de una Venezuela que no existe, según ellos una Venezuela en la que nos estamos matando a palos. No hablan de la Venezuela que está cantando, creando, presentándose, viajando. Eso no lo reseña nadie.

Un artista venezolano que quiera acceder a vuestros servicios ¿qué trámites debe seguir?

Nosotros estamos ahora en un proceso de sistematizar el proceso de selección. Trataremos, por supuesto que los proyectos que salgan cubran con todas aquellas condiciones artísticas —y hago énfasis en lo artístico— que representen ese género. No hay excusas para que no salgan proyectos que no sean de ese nivel porque en Venezuela existen escuelas de formadores culturales, existen conservatorios en todas las partes del país. Primero la gente debe formarse, es una necesidad que todo aquel que quiera ser un artista deba formarse. Y además tenemos mucho talento.

Nosotros simplemente evaluaremos esas condiciones. Hay una Comisión artística que revisará cada una de las propuestas que recibamos. Se puede inscribir cualquier persona en la agencia. El problema —de hecho la realidad—, está en que nosotros proyectaremos a los artistas pero finalmente será el festival o el programador quien decidirá contratarlo o no. Nosotros no somos organizadores. Entonces una vez más primará la condición artística, el talento humano y cómo es la propuesta artística que se presenta.

Permíteme una pregunta con un poco de malicia: Imagínate que se acerca a la agencia un artista extraordinario y te dice: "Yo voté a Capriles". ¿Este músico podrá tener acceso a los servicios de la agencia?

Absolutamente. Absolutamente. Absolutamente. Te lo reitero tres veces: sí, sí y sí. Es más, no es una cosa nueva. Yo estuve casi 10 años trabajando en embajadas al frente de la sección cultural y durante mi gestión como agregado cultural jamás existió ningún tipo de dogmatismo en lo cultural.

Quien no quiera trabajar con nosotros, será su decisión y la respetaremos por supuesto. Pero si tú vienes a plantear tu proyecto por supuesto que será tenido en cuenta y lo trataremos con el mismo amor y la misma dedicación de aquel que sabemos que ha votado por un proyecto revolucionario. Nosotros no estamos convirtiendo esto en una parcela política del partido del gobierno porque sería comenzar con errores lamentables. La consigna del presidente Chávez era: "Venezuela ahora es de todos". Yo te vuelvo a poner el ejemplo del sistema de orquestas, ahí no se pregunta nadie si tú votas para acá o votas para allá. Están sentados todos delante del mismo atril y a la hora de sumar sus voluntades muestran un país que el mundo conoce. Nosotros tenemos que hacer lo mismo.

Nosotros lo que queremos hacer a través de esta agencia es rescatar nuestra identidad; y nuestra identidad es plural, es diversa. Somos un país con una diversidad gastronómica, musical, geográfica y política muy interesante. Y eso es un potencial que nosotros tenemos que mostrarle al mundo.

Es decir, que de alguna manera exportar esta creatividad es una forma de hacer conocer al mundo la realidad de Venezuela.

A nadie le vamos a pedir que diga lo que tiene que decir, porque eso sería entrar en contradicciones. Hay cosas que sin decirlas lo dicen todo. ¿Qué piensas tú de un país, llámese como se llame, que se preocupa porque sus artistas más destacados estén presentes en todos los festivales del mundo? Si algún artista dijera algún día: "en Venezuela no hay libertad de expresión", él sería una contradicción ambulante. Cualquiera que lo hiciera diría: "Maestro tú estás aquí pagado por tu estado y me vienes a decir que no tienes apoyo".

Tenemos la fortaleza desde el punto de vista político, desde el punto de vista moral, porque nosotros estamos defendiendo algo absoluta y totalmente intocable que es nuestra identidad.

Hay toda una maquinaria de anticultura o contracultura que está invirtiendo fortunas para que nuestros pueblos en lugar de escuchar música propia escuchen un reggaetón asqueroso, que es una cosa machista, sexista, que pone a la mujer siempre como un objeto de tercera categoría. Contra esto estamos luchando, ese es nuestro enemigo, no el que vota en contra. El que vota en contra puede hacerlo las veces que quiera, eso es su problema o su virtud.

El enemigo siempre se disfraza, se mimetiza con tus conceptos, te roba las frases, te roba las ideas, pero siempre se esconde detrás de lo que es tu identidad y te la vende de todos los colores posibles pero totalmente tergiversada.

Además, no sé por qué, el enemigo siempre tiene mucha plata.

Yo sí sé por qué tiene mucha plata (ríe). Porque justamente producen una cultura de consumo y nosotros generamos una cultura que es nuestra identidad. Mira, en Venezuela antes de que llegara la Revolución Bolivariana no se escuchaba música venezolana en la radio. Se escuchaba sí, una copia pop de la peor calaña hecha en Venezuela, una versión de esa franquicia anticultural venezolana, esa franquicia que te lleva a despreciar lo tuyo porque es más chic, es más de moda imitar lo ajeno. Eso hace 20 años era así.

Tú vas hoy a Venezuela y en nuestra principal sala de conciertos en Caracas que es la sala Ríos Reyna del Teresa Carreño, las entradas se agotan; 2.600 butacas y se agotan tres funciones en tres días seguidos para ver a un trío de cuatristas haciendo música venezolana. Eso no fue gratis, costó mucho, nada es casual ni fortuito. Por ejemplo la creación de leyes de responsabilidad social en radio, televisión y medios electrónicos —la llamada Ley Resorte— que todos los medios atacaron sin conocerla porque les obligaba a colocar música venezolana en su género —no hecha en Venezuela, que eso es otra cosa— en un 50% de sus emisiones.

Me gustaría que pudieras darme algunos nombres de talentos venezolanos a los que valga la pena seguir de cerca.

Es difícil responder. Voy a hacer un ejercicio de memoria corta. En orden aleatorio, José Alejandro Delgado sería obviamente uno de ellos; Fabiola José, que es una joven cantora también extraordinaria; Amaranta Pérez, extraordinaria; un muchacho que se llama José Alejandro Paredes, extraordinario también. Te estoy hablando de pura gente joven que nadie conoce.

En cuanto a referentes hay que hablar de Cecilia Todd, que es a Venezuela lo que Mercedes Sosa fue a la Argentina; está Lilia Vera; en grupos está el Ensamble Gurrufío, están los muchachos de C4 Trío; Jorge Glem, que es un extraordinario cuatrista; es decir, hay un talento increíble. Y de verdad que me disculpen todos aquellos que no mencioné pero es como ver un bosque e identificar las hojas.

Eso para nosotros es una gran mina de oro, ese recurso natural renovable que nosotros tenemos. Además en Venezuela pasa una cosa muy interesante que es que esa barrera que separaba lo académico de lo popular cada vez —cada vez no, ya es— totalmente permeable. Es decir, ya se comunican entre ellos.

En el fenómeno de las orquestas, ya los niños que están creciendo formando parte de las orquestas más jóvenes del sistema, tocan más que los de las más grandes, porque sus referentes son tan altos que ya ellos tocan con esa naturalidad como si hubieran nacido con un instrumento en la mano.

Siento que no va ser difícil generar el catálogo de la agencia. Lo que va ser difícil es para los programadores escoger.

A 15 días de la creación de la agencia no te puedo pedir un balance, pero ¿con qué objetivos te sentirías satisfecho?

El objetivo no tiene fecha. Nuestro objetivo es que Venezuela esté presente, que nuestros artistas estén presentes en los mejores y más reconocidos festivales del mundo.

Finalmente debo preguntarte por tu visión de la realidad política y social de Venezuela. ¿Qué hay de verdad sobre la escasez de productos o la violencia?

Venezuela es un país donde esta "extraña dictadura" como decía Galeano, que ha hecho 19 elecciones en 14 años, cada vez que tenemos un proceso electoral los meses antes desaparecen los productos, se incrementa la inseguridad, etc. No es casual.

La escasez no es una política del Estado venezolano. La comida está acaparada. Se consiguieron centenares de contenedores de comida podrida porque era más negocio que se pudriera y generar el caos y la conmoción nacional a venderla al precio justo. Sería iluso pensar que un país que ha tenido durante 15 años un proceso de crecimiento económico, social, cultural, en lo educativo, en la salud; que entonces ahora, justo después del fallecimiento del presidente Chávez, aparezcan estos problemas de la nada. Eso en la historia ya ha sucedido. Salvador Allende tuvo esa situación. Nosotros no nos chupamos el dedo, sabemos qué está pasando en Venezuela. Lamentamos por todos aquellos que todavía creen en la prensa internacional que justamente obedece y responde a estos intereses multinacionales.

Todo esto forma parte de una estrategia. No es casualidad que los últimos presidentes depuestos en el mundo hayan sido de países petroleros. Si nosotros vendiéramos bananas no estaríamos en este problema, pero nosotros tenemos petróleo y el petróleo es la sangre del mundo. Esto es una realidad que explica qué está pasando en Venezuela.