«Soy una mujer de larga vida»

Para El Mercurio Online

Una foto fechada en 1962 y otra en el verano recién pasado, en febrero de 2009, delimitan las entradas al nuevo disco de Isabel Parra, por la tapa y la contratapa. En la primera ella mira a lo alto desde una calle de La Habana vieja, en un alto en su visita de este año a la Feria del Libro de la capital cubana y junto al estuche del cuatro, su instrumento de cabecera. En la otra, recién llegada a Santiago desde París con su madre, Violeta Parra, toca en la casa materna de calle Segovia un bombo traído desde Argentina.

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Afectos y compromiso
(Isabel Parra) [2009]

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-Para que no queden dudas de que fui una gran bombera -dice hoy en retrospectiva Isabel Parra, que en estos días está recopilando también canciones: de eso se trata ese disco, Afectos y compromiso, una antología de su carrera. Es otra de las noticias de la cantante y autora en 2009, tras actuar en el Festival de Olmué, ganar el Festival de Viña con su canción "Cuecas al sol" e ir como parte de la delegación de la Presidenta Bachelet a Cuba, donde tocó con Los Tres en el memorial de Salvador Allende en la capital isleña.

-A Cuba me he acercado en muchas ocasiones y circunstancias y es un lugar que ha marcado mi camino, desde mi primer viaje (en 1967) hasta este año —dice—. Me conmueve mucho La Habana, ese país, esas personas, lo difícil que ha sido para ellos enfrentar esta forma de vida llena de complejidades. Ahí estoy yo con esta maleta que no es maleta, que es una guitarra chica, un instrumento que tiene su propia y larga historia. Porque soy una mujer de larga vida. No hubiera podido elegir un lugar con más placidez que ése.

-¿Cómo estuvo tu actuación allá con Los Tres?

-Estaban el Angelito y el Álvaro y el Titae (Ángel Parra hijo, Álvaro Henríquez y Roberto Titae Lindl, los integrantes del grupo), le pedí ayuda al Angelito y el Álvaro me dijo "nosotros te acompañamos". Y bueno, tocar conmigo no es cantar con equis, es otro cuento. Lo primero que les dije fue "olvídense de todas las otras cuecas que han tocado, la cuecas del Tío Roberto, las cuecas choras, y acompáñenme en las 'Cuecas al sol'". Cuando estábamos tocando la Presidenta tuvo que ir a una cita esperada por todos (su reunión con Fidel Castro) pero no se acabó la música, siguió esa actitud tan amorosa que tuvieron de tocar conmigo, con la Isabel que hace canciones de otra manera y espera ciertas cosas y que es muy regodeona también.

Los días del No y los nuevos días

La de Afectos y compromiso es la primera compilación que practica Isabel Parra desde el disco y el libro Ni toda la Tierra entera (2003, reeditado en 2006), pero si aquella es una antología de canciones del exilio que vivió entre 1973 y 1987 durante la dictadura de Pinochet, esta vez la selección es distinta.

-Uno hace un poco de memoria y hay canciones que no se volvieron a cantar, que quedaron rezagadas en algunos discos. Quise recoger esos recuerdos para mí entrañables, porque son la emoción de otras historias y personas que tocan ciertas fibras y nos importan a todos. Por eso se llama así, esas palabras van juntas: uno se compromete con los afectos.

El disco tiene una presentación escrita por Roberto Trenca, el músico napolitano con quien Isabel Parra grabó a dúo el disco Continuación (2007), e incluye canciones como "Versos para Gladys" o "Un nombre, un apellido", dedicadas a Gladys Marín y a Beatriz Allende, hija del Presidente Allende, respectivamente. "Me gustó hacer este recuento de cariños", dice la autora.

-¿Es un disco medio pariente de Ni toda la Tierra entera?

-Estas canciones corresponden a una emocionalidad diferente, y está también esa continuación de la que habla el Roberto (Trenca). Hay canciones que hice al volver de este exilio forzado. Hay canciones esperanzadoras, y la esperanza te mantiene atenta, esperando que pasen cosas.

Uno de los hallazgos del disco es "No lo quiero no", canción que los chilenos pudieron escuchar como parte de la "franja del No" en la campaña previa al plebiscito de 1989, original de Isabel Parra y cantada junto a Tati Penna, Cecilia Echenique y a músicos del grupo de jazz rock Cometa.

-La Milena (Milena Rojas, su hija, que ha grabado en canciones como "Ronda para un niño chileno" y en el disco Colores, de 2000), hacía un análisis del disco y me hablaba de que "No lo quiero no" como que no pega. La gente me identifica con el cuatro, con una guitarra, y resulta que aquí se rompen todos esos esquemas, tocando con parte del grupo Cometa. Y me gustó que nadie me pidió que la hiciera. Yo no hago canciones a pedido, no sirvo para ese oficio. Son canciones voluntarias, que por esas cosas de la vida sirven, y se cantaron en un momento tan importante como el del plebiscito. Pero no era una canción de partido político ni pedida por un comité central.

-A propósito de comité central, también incluiste una canción dedicada a Gladys Marín.

-Claro, aquí tiene que ver con una historia de amistad muy profunda, con haber encontrado a Gladys Marín afuera (en el exilio) después de mucho tiempo. Y en verdad si pongo atención a la letra, lo que pensaba entonces es lo que pienso ahora sobre lo que significó Glayds para el pueblo chileno. Ella es un referente intacto. Entonces nos son personas que hayan pasado a la historia ni que la gente haya olvidado. No nos olvidamos de quienes nos han alumbrado el camino en muchas ocasiones.

-¿Cómo elegiste canciones tan nuevas como "La sábana en el balcón", de tu disco de hace dos años?

-Después de este recuento de situaciones que no siempre fueron felices quise llegar a un remanso, entre comillas. Todos los remansos son relativos, pueden durar una hora, un minuto, pero ya estamos en un parámetro de vida normal, de un país democrático, donde no te matan en la calle por razones políticas, aunque igual te matan de otra forma. Son canciones de otros contextos, no es el espíritu doliente de la ausencia, de los exilios, de los terremotos por los que hemos pasado. Como dice Cristián Warnken (que escribió la presentación de otro disco de Isabel Parra, Poemas, en 2002): "con el aire fresco que uno siempre necesita". He tenido suerte de que haya personas que escribieran sobre mi trabajo cosas que me emocionan mucho. Te quiero decir es que siento que no merezco tantos elogios ni tanto cariño. Si yo soy mala —sonríe.

-¿No eres el ángel que te pintan?

-Claro, no me siento merecedora de tantos cariños. No, soy re buena gente, aunque igual me sobrepasan estas palabras de seres que se han cruzado en mi vida y me ponen en un espacio que cualquiera se lo quisiera. Uno recibe mucho, pero claro, recibe también muchas patadas en estos caminos.

-Has tenido un año ajetreado, entre Olmué, Cuba, el Festival de Viña… ¿querías que fuera así?

-No sé si lo quería, porque una nunca sabe lo que le va a pasar. La única explicación es que me gusta no perder el tiempo. Eso me produce una cosa buena, sentir que no me lo he pasado haciendo nada y que algo hay quedado en tanto tiempo, en tantos viajes, con tanta gente, y espero seguir en esto.

De hecho la próxima noticia es el lanzamiento de la reedición chilena del Libro mayor de Violeta Parra, el texto que Isabel Parra publicó en 1984 en Madrid, sobre el legado de su madre. Es la tercera edición del libro tras la original y la cubana presentada en febrero, y será editada por el sello local Cuarto Propio el 29 de septiembre en el Centro Cultural Palacio de la Moneda, donde también está en exhibición la obra visual de Violeta Parra. "Vamos a estar cerquita de la Viola, que está ahí por sus obras", dice su hija. "Y voy a cantar ese día un par de estos afectos y compromisos".