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25 años sin Gato Pérez (y 3): el Xavier Patricio Pérez teórico de «palabras y ritmos»

Rafael Moll y Jessi Pérez: «Gato Pérez está por encima de la rumba al igual que Pérez Prado lo está del mambo»

por Manel Gausachs y Isabel Llano el 17/02/2016 

Terminamos la serie de tres entrevistas dedicadas al cantautor catalano-argentino charlando sobre su pensamiento musical con su hija mayor y con el productor y amigo con el que grabó la mayor parte de su obra. Hablamos con Jèssica Pérez, mánager de un grupo que debe mucho a Gato como es La Troba Kung-fú, y con Rafael Moll, un hombre clave en la música catalana de las últimas cuatro décadas, que aparte de Gato Pérez ha producido a figuras como Jaume Sisa, Joan Manuel Serrat o Albert Pla, entre otros.

Rafael Moll y Jessi Pérez leyendo atentamente manuscritos inéditos y hojas promocionales que escribió Xavier Patricio Pérez poco antes de mutar en Gato Pérez. © Manel Gausachs
Rafael Moll y Jessi Pérez leyendo atentamente manuscritos inéditos y hojas promocionales que escribió Xavier Patricio Pérez poco antes de mutar en Gato Pérez.
© Manel Gausachs

 

Cuando Gato Pérez murió en octubre de 1990 no sólo nos dejó grandes canciones. Nos dejó pensamiento, pensamiento sobre lo que creía que era y debía ser la música popular. Y es que Gato también era un teórico, un teórico no académico pero un teórico al fin y al cabo.

 

Gato Pérez en la recta final de los 70 dijo que dejáramos de deslumbrarnos por lo ‘anglosajón’ y regresáramos a lo ‘latino’ para escribir sobre nuestro presente y para no caer en el ridículo ‘rollo de imitar’. Bailar no era su fuerte pero no concebía palabras sin ritmos: pocas pero precisas y bien injertadas de ‘sabrosura’. Detectó y teorizó sobre la potencia y exportabilidad que tenía la rumba que hacían los gitanos catalanes antes que nadie. Cogió este género musical cuando estaba en horas bajas y lo revitalizó añadiéndole buena literatura y mezclándolo e insertándolo en el ‘rico árbol latino’ de Tango, Milonga,… y Salsa, mucha Salsa.

 

Escribió de mucho y mejor que nadie en la Barcelona de esos años. En él no había nada gratuito e inocente, sus letras eran cargas de profundidad al inconsciente colectivo. Y es que quizás, detrás de este ex-estudiante de Físicas había un sociólogo o musicólogo que no se destapó nunca porque las Facultades eran demasiado aburridas. Por ejemplo, escribió y cantó canciones sobre multiculturalismo mucho antes que nadie lo hiciera. Y más difícil todavía, escribió sobre la Cataluña y la Europa que se avecinaba en discos como Flaires de Barcelunya (Aromas de Barceluña) (Juego de palabras entre Barcelona y Cataluña) o ironizó sobre el atávico autismo hispánico en 1984, cuando España estaba negociando su entrada en el ‘Mercado Común’, con un disco sorprendente de título unamuniano Ke imbenten eyos.

 

Para saber más de sus ‘teorías’, y de cómo las fraguó, nos reunimos con dos de las personas más allegadas a él en un lugar muy propicio, el restaurante Senyor Parellada de su buen amigo y compañero de tertulias Ramon Parellada. Un restaurante situado en el barrio de la Ribera de Barcelona a pocos metros de donde debutó y brilló en la Barcelona de los ochenta, la extinta sala Zeleste de la antigua calle Platería.

 

Aunque intentamos ceñirnos a la faceta ‘teórica’ de Gato no pudimos evitar empezar la conversación preguntando por detalles de su biografía y sobre los proyectos que tienen en mente los dos para reactivar la obra y el legado de este gran compositor de canciones.

 

Rafael, ¿Recuerdas el día en qué lo conociste, en qué contexto fue y si lo conociste ya como músico o no?

 

Rafael: Yo a los 16 años me fui de casa y tuve un piso en la calle Zaragoza donde sólo había chicas que eran estudiantes y tal… (Jessi sonríe). Era un piso muy grande donde el único que vivía realmente allí era yo, las chicas vivían en casa de sus padres pero tenían ese piso como su ‘pisito’… Yo vivía en una habitación pero llegó un día, no recuerdo exactamente como fue, que fue necesario que otra persona viviera en otra habitación… Y fue entonces cuando apareció el Gato por ahí…

 

¿Por casualidad o ya os conocíais antes por temas relacionados con la música?

 

Rafael: Mmm… debíamos tener algún amigo común, porque yo por aquel entonces ya tocaba el ‘género’ de la música pero no recuerdo quien debía ser este amigo común. Pero bueno, todo esto fue algo muy esporádico, porque estaban estas chicas y también apareció un saxofonista que se llamaba Joan Bofill, que el pobre se murió en un accidente doméstico…

 

Pero con el Gato cuando empezamos a intimar fue más tarde cuando fuimos al piso de la calle Manresa —aquí al lado de donde nos encontramos—. Aquí ya tenía su grupo Slo-Blo. En este piso éramos Joan Carandell y un tal Ángel que estudiaban Físicas, el Gato y yo y Montserrat Soler, la hermana de Toti Soler que por aquel entonces era mi novia. Porque ese piso lo montó el Gato, quiero decir que lo encontró él. Esto debía ser en 1969, cuando yo aún no me había escapado de la ‘mili’ (servicio militar obligatorio)… Yo recuerdo que el día que me tenía que ir a hacer la ‘mili’ salí de aquí (de ese piso) y me hice el loco y conseguí no ir a la mili. Me mandaron al psiquiátrico de Sant Boi… (Y sonríe). La verdad es que no me acordaba que tenía que ir a hacer la ‘mili’, porque estaba aquí haciendo el ‘hippie’ con toda esta pandilla de ‘impresentables’ como yo.

 

¿Esto debía ser cuando tú hiciste un single con un grupo llamado La Troupe?

 

Rafael: Sí, sí… fue entonces.

 

¿Y cuándo empezasteis a hablar de música?

 

Rafael: Desde el primer día, por descontado. Nuestros temas de conversación eran la música, las mujeres y la política… El fútbol no lo tocábamos demasiado por aquel entonces.

 

Según nos comentó Rafa Zaragoza en la primera entrevista, Gato era una de las pocas personas en Barcelona que leía habitualmente el "The New Musical Express"…

 

Rafael: Sí porque una de las grandes ventajas de Gato es que hablaba muy bien el inglés. Esto era algo cojonudo porque se compraba estas revistas y se traducía las letras de las canciones. Yo muchas veces le decía: "Gato, ¿qué cuenta esta canción del Dylan?". Y la verdad es que tenía paciencia y nos lo contaba.

 

¿Y cuándo percibiste que el Gato tenía talento como compositor, no sólo como aficionado a la música?

 

Rafael: A mí lo que siempre me fascinó de Gato —desde el principio— es que era un gran contador de historias, muchas veces inventándoselas… Era muy ‘peliculero’, en el buen sentido de la expresión… Lo que estaba claro es que él tenía dos cosas muy buenas: era muy bueno para contar historias y crear realidades relacionadas con ellas, y por otro lado tenía una gran información sobre la música anglosajona. La sabía tocar, sabía los acordes… Más que nadie de los que conocíamos por aquel entonces. Hacía versiones de The Band y otras bandas...

 

Rafael Moll con Gato Pérez grabando su primera obra conjunta, «Romesco», en los estudios EMI, junto a Marcelo Covián y al percusionista Quino Béjar. © Francesc Fàbregas
Rafael Moll con Gato Pérez grabando su primera obra conjunta, «Romesco», en los estudios EMI, junto a Marcelo Covián y al percusionista Quino Béjar.
© Francesc Fàbregas

 

El hecho que fuera argentino y que viniera de un país que con más tradición rockera que el nuestro… porque por aquel entonces Argentina y México iban por delante nuestro por lo que se refiere a aceptación del lenguaje rockero con todas las comillas que le queramos poner… ¿Se notaba que tenía un ‘background’ de rock argentino?

 

Rafael:(Lo dice con rotundidad). Sí, porque además los dos éramos rockeros. Mira ahora te voy a confesar una cosa… Cuando empezamos él y yo a trabajar en cuestiones musicales aquí todos los grupos (se refiere al ambiente musical de Barcelona) hacían esa especie de jazz-rock que proliferó a principios de los 70… El Gato y yo trabajamos con esos grupos, los defendimos y lo hicimos bien… Pero en un principio nosotros nos burlábamos un poco de ellos porque nosotros éramos ‘rockeros’… Él era más ‘anglosajón’ y de lo que has dicho tú de Argentina y yo más de ‘conjuntos’… A mí me gustaban Los Sírex, Los Salvajes, que era lo que me había gustado de pequeño… Lone Star… Lone Star también pero ya los encontraba un poco demasiado ‘ilustrados’ a veces, pero me gustaban porque hacían versiones de The Animals y cosas así (Y sonríe). O sea que nos compenetrábamos mucho musicalmente. Los dos teníamos una vocación rockera, él más ‘ilustrada’ y más amplia que yo… Y yo le enseñaba los grupos de aquí, que él ya los conocía pero no tanto como yo porque digamos que yo era especialista en ‘rock local’ (Y sonríe). En definitiva, los dos éramos ‘rockeros’ ante todo y siempre hacíamos esa famosa broma de que "el jazz es música de estudiantes" que dijo una vez John Lennon. Una broma que aún hago.

 

En su primer disco como Gato Pérez hay una versión de todo un hito en la historia del rock latinoamericano como es La balsa de Los Gatos, un tema fundacional del rock argentino de Litto Nebbia y Tanguito (1945-1972) que aquí no nos había llegado…

 

Rafael: Sí, sí, y me parece que hizo alguno más, alguna recuperación de…

 

Jessi: Bueno, hizo el tema Mi perro pero eso no era un tema de rock argentino si no de un tanguero antiguo (Se refiere a Cirilo Allende). Es un tango precioso que está en el disco Atalaya.

 


Gato Pérez recurriendo a «madera» del rock argentino para reflotar la «balsa» de la Rumba Catalana en 1978.

 

Siguiendo con el Gato pre-cantautor, compositor e intérprete, con el Gato melómano y observador-cronista de la música que se hacía por aquella Barcelona de los 70, de ese jazz-rock que nos has confesado que no os convencía personalmente pero que a pesar de eso lo defendisteis… Él tuvo una etapa de ‘promocionero’, como de jefe de prensa de la discográfica de Zeleste, ¿no?

 

Rafael: Sí, lo coloqué yo… Para contarlo brevemente. Víctor Jou (director y fundador de Zeleste) y yo ‘engañamos’ a los de Edigsa para hacer un subsello que se llamó Zeleste-Edigsa. Con ellos habíamos hecho un primer disco que fue el Salsa Catalana (Edigsa, 1974) de la Orquestra Mirasol, pero en ese momento aún no estaba claro que hiciéramos más. Un disco que por cierto es el mejor disco de la Orquestra Mirasol, es un disco cojonudo porque es el único disco de la Mirasol donde realmente hay una fusión de músicos de dos generaciones, de ‘los nuestros’ (se refiere a los músicos jóvenes que circulaban por la sala Zeleste) y de músicos de generaciones anteriores, que eran profesionales, que tocaban en los cabarets y con Serrat y que eran muy buenos. Me refiero a Ricard Roda (1931-2010) y a Pedrito Díaz (1913-1984) y tal… Pues bien, después de hacer este disco —que se había hecho un poco por casualidad— Jou y yo fuimos un día a cenar con Claudi Martí —el director de Edigsa— y le dijimos que seguíamos haciendo discos y que creíamos necesario crear un subsello. Nos costó un poco convencerle pero lo conseguimos y arrancamos el subsello. Y se decidió que los dos primeros discos fueran el de la (Companyia Elèctrica) Dharma y el de (Jaume) Sisa… Y una vez publicamos estos dos discos vimos que teníamos la necesidad de tener a alguien que se encargara de la promoción, que nos hiciera de coordinador dentro de la casa de discos. Entonces convencimos al Claudi Martí que fichara a un ‘promocionero’, que lo pagaba él pero que lo poníamos nosotros. Y aquí es cuando entra el Gato en el asunto. En esos momentos estaba tocando pero tenía problemas de dinero como todos. Se lo propusimos ante todo por su gran capacidad de contar historias. Yo tenía muy claro que sería bueno para esto.

 

Y fue entonces cuando se inventó el término ‘música layetana’ para englobar a toda la música que surgía del epicentro de todo lo que hacíais, la sala Zeleste… ¿Recuerdas cuándo inventó el término? ¿Fue para promocionar un disco en concreto?

 

Rafael: Sí, lo recuerdo. Hacía sol (sonreímos todos los presentes). Me acuerdo que fue de día, no bromeo, lo digo porque normalmente las cosas pasaban de noche… Siempre hablábamos él y yo que faltaba cómo identificar todo esto para que la cosa funcionara… En esos momentos no éramos tan conscientes de que Zeleste en sí era una gran marca, porque Zeleste era un local y un subsello. O sea que él le fue dando vueltas al tema, ¡sobre todo él!, yo estaba de acuerdo pero la iniciativa venía de su parte… Un poco antes habíamos hecho un festival ‘buscando la marca’ en el Palacio de hielo del Barça que duró tres días que se llamó ‘Primer encuentro de la Onda Mediterránea’ (4, 7 y 8 de noviembre de 1974)… A él eso de ‘onda’ le gustaba…

 

Jessi: Sí lo utilizaba mucho…

 

Rafael: Pero yo le decía que lo de ‘onda’ quedaba un poco hortera. (Sonríen Rafael y Jessi)… Lo de ‘onda’ ya lo entendía pero me parecía poco adecuado para nosotros, y entonces fue cuando de ‘onda mediterránea’ pasó a ‘onda layetana’ y luego a ‘música layetana’… y ‘le compré la película’, por decirlo de alguna forma…

 

Jessi: Esto supongo que fue cuando escribió estas hojas de ‘promo’ (Y nos muestra una hoja de ‘promo’ donde su padre define el término ‘música layetana’ ante nuestro asombro)… Esto debía ser en 1976…

 

Rafael: Oh… sí, estas hojas nos gustaban mucho… Sí, estas noticias que a él le gustaba tanto escribir, porque todo esto lo escribía él… Esto es de cuando ya el sello estaba en marcha porque ves (y señala el texto) aquí habla del disco Diumenge (Domingo) (Zeleste-Edigsa, 1975) de la Dharma ya en pasado…

 

Jessi: Bueno pero hoy en día aún se sigue trabajando escribiendo estas notas de prensa… Me gustan mucho estas notas, me encantan… Las tipografías y la letra de máquina de escribir…

 

Rafael: Pero hoy en día con mucha menos gracia, porque estas notas del Gato tienen mucha gracia en general.

 

Jessi: Pues sí… Yo cuando encontré esto me emocioné porque son un trabajazo…

 

Rafael: ¡Mira! Aquí se habla de un disco que estaba preparando y que al final no lo llegué a hacer… (Y ríe).

 

Hoja de promocional del sello Zeleste-Edigsa de 1976 donde Xavier Patricio Pérez define por primera vez el término «música layetana», su «marca» que hizo más fortuna. © Imagen cedida por la familia de Gato Pérez
Hoja de promocional del sello Zeleste-Edigsa de 1976 donde Xavier Patricio Pérez define por primera vez el término «música layetana», su «marca» que hizo más fortuna.
© Imagen cedida por la familia de Gato Pérez

 

Me ha parecido entender que tú (Rafael) en alguna ocasión has calificado a Gato como un precursor del marketing…

 

Rafael: No… no lo he dicho nunca así tal cual… No lo he dicho porque yo, aunque entiendo que el marketing es útil, soy más bien crítico con el marketing tal como se hace en general en este negocio…

 

Jessi: Pero hay marketing creativo…

 

Rafael: Sí, bueno, pero muy poco…

 

Pero lo que sí que está claro es que se fijaba mucho en los logos, las marcas, los eslóganes…

 

Jessi: Sí… y en las etiquetas… Sí, era inventor de estas cosas…

 

Rafael: Sí, en esto era muy pesado. (Y sonríe). Era muy pesado en estas cosas porque tenía que ir con cuidado porque a la mínima que me descuidaba quería hacer un póster con cada artista con el que trabajábamos con un logo diferente…

 

Jessi: Mira, esto es una tienda de discos (Y nos muestra un dibujo original de la fachada de una hipotética tienda de discos con un original juego de palabras que por tratarse de una idea inédita no contamos). Hacer estos dibujitos de marcas y de logos le gustaba mucho. De esto tenemos muchos…

 

Rafael: Él era muy bueno contando historias y era consciente de que se necesitaba un relato, que es por el lado en que podríamos decir que se acercaba al marketing. Pero él siempre trabajaba a favor del relato, de hecho en estas notas que nos muestra Jessi se puede ver muy claramente. En todo esto nos influía mucho un amigo común que era periodista y que se suicidó que era Claudi Montañà (1944-1977).

 

Regresemos por un momento a cuando lo conociste, a finales de los 60 y principios de los 70. En ese momento hacía rock con Slo-Blo, grupo con el que no llegó a publicar nada. En esa época cantaba acompañado de más gente, aunque era el cantante principal del grupo, y cantaba en inglés… ¿En esa época escribía letras en inglés también?

 

Rafael: Sí, básicamente cantaba en inglés y esto era un problema…

 

¿Pero escribía historias en inglés también?

 

Jessi: Sí, él tiene letras y canciones en inglés.

 

Rafael: Sí, pero ante todo hacía versiones, eh… El Zarita (Rafa Zaragoza) controla alguna cosa de esos años… Hacía cosas, pero como compositor aún no se destapaba. O sea, teníamos a un tío que era muy buen músico, cantaba bien, cantaba bien para la época con una voz afinada y bonita… Y hacía ‘historias’ pero no componía mucho. Empezó a componer en la época de Secta Sònica. En realidad hizo lo de Secta Sònica porque como estaba de moda el jazz-rock, pues consideró que si hacía este grupo así lo podríamos colocar dentro de la casa de discos —cosa que era verdad—. Aun así él quería que Secta Sònica fuera un poco más ‘rockera’. Su modelo era un grupo inglés que se llamaba Wishbone Ash, que no tiene nada que ver pero que era de tres guitarristas… En este momento ya era consciente de que se necesitaban historias, pero con el jazz-rock es bastante complicado contar historias, como mucho las podía hacer con los títulos de las canciones, como ya hizo con algunos títulos bastante buenos como Violentos los correa y otras...

 

O sea que está claro que su talento literario tenía que aflorar tarde o temprano y que evidentemente no podía aflorar en inglés, ¿no?

 

Jessi: Bueno…

 

Rafael: (Se lo piensa) Pero entonces él estuvo un tiempo que desapareció, durante unos meses… A ver… ¿Cómo fue la cosa? Dejó de hacer de ‘promocionero’, estaba con lo de Secta Sònica, yo estuve un tiempo muy atareado que creo que es cuando empecé a trabajar con (Joan Manuel) Serrat, producía discos y viajaba a menudo a Madrid… No nos cabreamos ni nada, simplemente no nos vimos durante unos meses. Por aquel entonces hizo un par de actuaciones en el Zeleste en el que cantó algunas de estas canciones ‘raras’ con letras y música suya…

 

Jessi: ¿‘Raras’? ¿Te refieres ya a las del Carabruta (Ocre-Belter, 1978)?

 

Rafael:(Y sonríe). ‘Raras’ en relación a de donde veníamos… Bueno, la cuestión es que de golpe y porrazo desaparece y un día se me presenta con una cassette y me dice: "Moll, he grabado este disco". ¡Hostia! Y escuchó ese disco y lo insulté mucho. Le dije: "Gato, llevo toda la vida aguantándote, he hecho dos discos de Secta Sònica que no es exactamente lo que nos va, y haces estas canciones y no me lo dices a mí…". Y me respondió: "Es que no estabas, es que no sé qué..." (Y se ríe).

 

¿Y era el Carabruta totalmente acabado?

 

Rafael: Sí, sí, me lo enseñó ya hecho… Yo no sabía ni que había ido a un estudio…

 

Jessi: ¿Pero mezclado ya…?

 

Rafael: Yo creo que mezclado y todo, sí, sí…

 

¿Y qué te pareció el disco?

 

Rafael: ¡Me encantó! Yo cuando escuché por primera vez el Carabruta yo ya vi claramente que eso tenía una potencia, no sabía si tendría mucho éxito o no pero ya vi que era muy bueno y que a mí me gustaba mucho, y que eso era la música que me gustaba hacer. De la misma manera que había hecho el Qualsevol nit pot sortir el sol (Cualquier noche puede salir el sol) (Zeleste-Edigsa, 1975), que era como lo mismo pero encima con un aire fresco y diferente, que tenía una personalidad y una frescura y un ‘mundo’.

 

¿Y nada te había hecho intuir que podía tomar ese camino?

 

Rafael: No, me contaba el rollo del bar (se refiere al Bar Petxina del barrio Gràcia) y de los gitanos… O sea yo sabía de sus incursiones en el ‘terreno gitano’, cosa que a mí me encantaba, pero por aquel entonces tenía mucho trabajo y no lo podía acompañar, porque si hubiera podido lo hubiera hecho porque yo antes lo había acompañado mucho a visitar barrios…

 

No es raro que no me dijera que le produjera este disco porque como he dicho estaba a tope de trabajo. Y fue entonces cuando se encontró con el Jordi Vendrell (1947-2001).

 

Jessi: Sí, el origen de todo esto era el dueto El Gato y el Trilla con Manel Joseph… Porque en ese disco Manel Joseph también es coautor de alguna de las canciones.

 

Rafael: Sí, él comienza a sacar estas canciones, Manel también hace alguna, y entonces un día se encuentran a Jordi Vendrell, que entonces era un muy ‘underground’, en un momento en el que Vendrell había ‘engañado’ a los de la Belter (sello discográfico) para hacer un subsello que se llamó Ocre… Ya había hecho algún disco como el de Pep Laguarda o el de Burning que incluye ¿Qué hace una chica como tú en un sitio como este?… El truco que tenía el Vendrell con la Belter es que la Belter le dejaba su estudio —que estaba en el barrio de Horta— cuando no estaba lleno, en hora libres, para que grabará sus, digamos, discos ‘undergrounds’, y siempre y cuando les provocara poco o casi ningún gasto.

 

Jessi: (Ríe) Más o menos como se hace ahora…

 

Rafael: Todo fue muy rápido… Pero luego me dijo: "Te prometo que el próximo disco lo hacemos juntos" (Y se ríe) "¡Pobre de ti que no sea así!"… Y evidentemente cumplió su palabra. Entonces pensé: "Vaya putada por el Vendrell, ya hablaré con él…", me sabía mal porque era buen tío y no tenía ningún mal rollo con él, pero tuvimos la suerte —para nosotros— que el ‘chollo’ que tenía con la Belter se le terminó pronto.

 

Jessi Pérez y Rafael Moll recordando al Maestro con buen humor en el restaurante Senyor Parellada. © Manel Gausachs
Jessi Pérez y Rafael Moll recordando al Maestro con buen humor en el restaurante Senyor Parellada.
© Manel Gausachs

 

Agustí Fernández es un músico que como arreglista es fundamental para entender la obra de Gato. ¿A Agustí se lo pones tú en el primer disco que le produces, Romesco (Edigsa, 1979), o ya lo conocía él antes?

 

Jessi: Agustí es fundamental…

 

Rafael: Sí, el Agustí entra en el primer disco que le hago yo. En el Carabruta toca con el (Josep ‘Papa’) Cunill, el (Josep Lluís Soler) ‘Beethoven’ y toda esa ‘pandilla’…

 

¿Por lo tanto Agustí Fernández se lo propones tú?

 

Rafael: No recuerdo quién fue el primero en decirlo pero lo consensuamos. Los dos estábamos muy de acuerdo con el Agustí. Teóricamente se podría decir que lo aporto yo pero igual él lo dijo primero. ¿Me entiendes? Pero yo ‘aterrizo’ con Agustí, eso sí que está claro.

 

Porque… ¿el Gato era un músico y compositor que tenía muy claro cómo tenían que ser los arreglos de sus canciones o necesitaba rodearse de gente que las acabara de perfilar?

 

Rafael: No, no… A ver… (Y se lo piensa). El Carabruta era un disco cojonudo pero también tenía una cierta tendencia a la divagación… Por ejemplo, al final ya había una especie de ‘descarga’ y una cosa de estas ‘raras’, para entendernos…

 

Jessi: Era un disco muy ‘fumeta’ (Gato le daba a la expresión "Cara bruta" (cara sucia) el significado tocar estando ‘colocado’).

 

Rafael: ¿Verdad que al final hay una ‘descarga’?

 

Jessi: Sí, hay la Descarga rumbera que es un tema amorfo, que digamos… Pero está bien porque nadie hasta la fecha había pensado en una ‘descarga rumbera’ (Se refiere a la valentía de haber grabado una jam-session rumbera).

 

Rafael: Sí, sí, de acuerdo, pero a efectos de… A ver yo era el ‘serio’. La decisión de que Agustí (Fernández) haga los arreglos era precisamente para no caer con el tema de la Rumba-Salsa de forma exagerada. (Y se produce un silencio). Que era siempre la gran lucha que teníamos.

 

La explicación es muy simple: yo pienso que el Gato era un gran autor de canciones. Pienso que todo el tema de la Rumba y todo esto está muy bien como cosa ‘literaria’, ¡pero! el problema siempre he pensado que está en cuando todo esto se lo ‘come’ a él. No estoy diciendo que tuviera que hacer otro estilo, que ya estaba bien… El problema de la Rumba es que cuando tú vendes Rumba la gente no compra Rumba. La gente compra al Gato, a Peret o a los Amaya haciendo el Vete… Pero el rollo Rumba por la Rumba… (Y hace un gesto como queriendo decir que eso no puede ser). Tú no vas a la tienda de discos y dices: "Deme un disco de chachachás", ¿me entiendes?

 

Jessi: A no ser que te dediques a los bailes de salón…

 

Rafael: Exacto, a no ser que sea por un tema funcional. Mi lucha siempre fue que la Rumba no se ‘comiera’ al Gato. Y entonces poner a Agustí Fernández en el Romesco me aseguraba que la Rumba no se lo ‘comería’. ¿Me entiendes? Porque Agustí era suficientemente buen músico como para utilizar los elementos de la Rumba de una manera clara pero sin eclipsar su talento como compositor...

 

Jessi: …Porque hay una parte del Gato que podría eclipsarse muy fácilmente que es la parte de cantautor a lo Dylan, la parte oscura, su parte más existencialista… Esa parte que tanto nos gusta de él.

 

Rafael: ¡El Gato está por encima del género! Utiliza el género (musical), que es un género cojonudo…

 

Jessi: …Pero tiene muchas inseguridades y a veces tiene la tendencia de esconderse detrás del género…

 

Respecto a la relación de Gato con los géneros musicales…Gato intentó crear como un nuevo lenguaje música latina, o sea nos vino a decir: "Rockeros, modernos, volvamos a lo ‘latino’, vamos a crear una latinidad moderna"…

 

Rafael: ¡Ah, sí! ¡Esto por descontado! Sí, sí, esto siempre lo va explicando en sus canciones. Siempre tiene versos en sus canciones que cuentan esto: "De mi estilo especial de palabras y ritmos"…

 

Esta intención ya se percibió desde un principio o vino más tarde…

 

Jessi (Sacando un manuscrito inédito de su padre de una de las carpetas que nos ha traído): Tengo cosas relacionadas más o menos con cada cosa que vas diciendo… (Y nos lee el siguiente título de un manuscrito inédito) "Alternativa latina al rock anglosajón"…

 

¡Caray! Esto son casi las ‘Tablas de la Ley’…

 

Jessi: (Sonríe).

 

Rafael: Aquí lo explica todo. Hazle una foto…

 

Jessi: No, esto ya te lo pasaré escaneado si quieres…

 

Rafael: Y a mí también, ¿eh?...

 

Jessi: Es que lo tengo todo escaneado, libretas y todo…

 

Manuscrito inédito, seguramente de finales de los 70, donde Xavier Patricio Pérez ya plantea un renacer latino que supere al rock anglosajón que ya daba signos de agotamiento. © Imagen cedida por la familia de Gato Pérez
Manuscrito inédito, seguramente de finales de los 70, donde Xavier Patricio Pérez ya plantea un renacer latino que supere al rock anglosajón que ya daba signos de agotamiento.
© Imagen cedida por la familia de Gato Pérez

 

¿O sea que dejó textos donde teorizaba sobre todo esto y que a día de hoy son inéditos?

 

Rafael: Sí, sí, escribió… Normalmente exageraba y cuenta cosas que no son exactamente igual a lo que pasó después, pero explicaba claramente hacía dónde quería ir…

 

Pues fantástico porque yo pensaba que todo el, digamos, ‘corpus teórico’ de Gato nos había llegado sólo a partir de sus letras y de sus declaraciones…

 

Jessi: No, no, él escribía. Él se pasaba noches escribiendo.

 

Rafael: Pero retomando tu pregunta, cuando hacemos el Romesco ya sabemos dónde estábamos, para entendernos. Como te he contado ponemos a Agustí Fernández para utilizar la Rumba y la Salsa pero hasta un cierto punto. Bueno, lo de la Salsa aún no había entrado tanto, después se complicó más cuando entró más tarde. Yo desde un principio le digo a Gato: "Lo de la Rumba es cojonudo pero tú como compositor eres mucho mejor, estás por encima".

 

Jessi: Este fue siempre ‘el tema’.

 

¿De todo este ‘corpus teórico’ no hay nada publicado?

 

Jessi: Bueno hay algún artículo publicado pero… ¿tú te acuerdas de ese programa de radio que hizo a finales de los 80?

 

Rafael: No me acuerdo…

 

Jessi: No me acuerdo en qué radio fue ni cómo se llamó el programa…

 

Rafael: Vaya, eres peor que yo…

 

Jessi: Quizás fue en Ràdio 4 pero seguro que en ese programa tiene que haber ‘teórica’ también.

 

…En sus locuciones imagino…

 

Jessi: Sí, sí, hay cosas escritas pero lo que pasa es que no hay nada publicado.

 

Rafael: Hombre, pero con estas notas que tiene la Jessi aquí ya hay ‘teórica’…

 

¿En algún momento se ha pensado publicar algún libro de sus textos inéditos?

 

Jessi: ¿Sabes lo que pasa…? Que estamos en un momento en que todo está muy verde. Últimamente hemos ordenado las cosas para poder digitalizar obra y poner el Gato en el ‘mundo digital’. Ahora intentaremos reeditar sus discos y esto que tú dices, si un día podemos y nos vemos con ánimos para hacerlo, puede ser que lo hagamos… No sé hasta qué punto le puede interesar a mucha gente aparte, de nosotros los que estamos aquí, que está claro que sí... Como mínimo intentar ponerlo en algún lugar que para nosotros sea accesible…

 

Rafael: ¿Es que sabes lo que pasa…? Tenemos de hacer algún tipo… de operaciones para proyectar el ‘tema Gato’. Tenemos que tener en cuenta la autenticidad y la práctica, para entendernos… Todo esto evidentemente requiere un trabajo y un esfuerzo que quizás aún no hemos tenido tiempo de hacer…

 

Jessi: ¡Y financiación! Porque todo lo que estamos intentando hacer lo estamos haciendo con un zapato y una alpargata. ¿Porque mira de dónde venimos? De 25 años sin él y todavía no lo tenemos encarrilado por una serie de problemas, algunos de ellos internos, que son culpa nuestra, pero también por culpa del mercado, de cambios en el mercado,…

 

Rafael: Yo en mi vida tengo dos cosas pendientes antes de morirme. Una seguramente no la conseguiré cumplir pero la otra espero que sí. La que no conseguiré cumplir sería conseguir hacer un disco de Pau Riba que se entiendan las canciones y que se vean lo cojonudas que son sus canciones. (Sonrisas de Jessi). De esta yo ya he desistido casi porque Pau Riba es el mejor compositor de todos pero es muy ‘complicado’ (se refiere a su personalidad encima de un escenario)… Y la otra sería hacer algo realmente ‘serio’ por el Gato.

 

Jessi: ¡Esto lo haremos…!

 

Rafael: Algo ‘serio’ para mí quiere decir algo que sirva para reactivar ‘el tema’, al nivel que sea pero que lo reactive. Hay varias ideas que hemos estado hablando con Jessi, o sea que pueden ser varias cosas…

 

Jessi: Estamos en ello, vamos a tope, ¿sí o no? (Y le sonríe a Rafael).

 

Rafael: Evidentemente ligar las reediciones con algún tipo de operaciones que relancen la figura del Gato. Algo que tenga potencia por lo novedoso.

 

Cuando Gato fue el primero en decir, sin tapujos, que la Rumba era la música popular de Barcelona en cierta forma, más que analizar algo, estaba proponiendo una nueva hegemonía cultural. Nos decía: "La música de Barcelona tiene que ser esto".

 

Rafael: Sí, sí, tenía una ideología clarísima…

 

Jessi: Bueno… yo creo que él fue un avanzado en muchas cosas y esta es una de ellas… Todo esto de la ‘latinidad’ que ahora triunfa…

 

Rafael: Sí, lo que pasa es que a veces se equivocaba, se equivocaba tanto que una vez me arruinó. (…) Creo que fue antes de sacar el Romesco. Para apoyar ese disco me ‘engaña’ —o yo me dejo ‘engañar’— y hace que le monte un recital en el Palacio de los Deportes con Peret, los Amaya y él, que se llamó Llegó la Rumba (1978 o 1979), ¿vale? (Jessi ríe irónicamente). "Moll, hagámoslo porque así vamos lanzando el ‘tema’...". Y yo: "¿Estás seguro?", "Sí, sí…"... En esos momentos el Peret y los Amaya estaban un poco en horas bajas… Y yo lo montó, porque en esos momentos tenía una cierta ‘potencia’, en el Palacio de los Deportes con un póster del Claret Serrahima… Con Àngel Casas apoyándolo con unos artículos cojonudos y tal y cual… ¡pero no vino nadie! Igual vinieron 100 personas pagando, y por aquel entonces lo de las entradas anticipadas no funcionaba tanto como ahora… Hasta el punto que yo ya tenía un dinero por si la cosa no funcionaba bien pero de golpe y porrazo en un día lo perdí todo… Porque está claro que a Gato no, pero a Peret y los Amaya se les tenía que pagar, y a los del equipo de sonido… Bueno, Peret y los Amaya cuando vieron que no venía gente decidieron no salir si no les pagaba antes… Y tuve que ir a buscar dinero de no sé dónde.

 

Bueno, lo que estaba claro del concepto del concierto —que era una idea del Gato— era intentar que diera el salto y colocarlo rápidamente en este mundo. Pero no tuvimos en cuenta que Peret y los Amaya no estaban precisamente en un buen momento. Peret estaba en horas bajas y al cabo de poco se retiró y se hizo cura…

 

Respecto a la evidente revalorización que Gato hizo de lo ‘latino’ dentro de un contexto ‘rockero’, quizás podríamos decir que Gato era uno de los pocos músicos de aquí que tenía musicalmente Latinoamérica en la cabeza… Estoy pensando en esos versos de La Rumba de Barcelona: "El candombe a l’Uruguai, la milonga és argentina, el bolero mexicà i la plena que és boricua…"…

 

Rafael: Sí, pero esto es un poco (y deja unos puntos suspensivos como queriendo decir que era algo ante todo retórico). Él ante todo es Argentina, Nueva York y aquí (Barcelona). En realidad él entra en la Rumba porque como veníamos de lo que veníamos y que hemos explicado al principio (el jazz-rock que se hacía a principios de los 70 en Barcelona)… Una de las cosas que tenía claras es que él necesitaba un relato propio y auténtico, que las canciones anglosajonas con las que empezó eran cojonudas, que lo del jazz-rock también, pero que él necesitaba un relato propio.

 

Jessi: …Y pertenecer a una tribu determinada…

 

Rafael: Y es cuando de golpe localiza el tema de lo de los gitanos, investiga, que es algo que liga con su pasión por visitar barrios y las periferias, algo que hacía desde muy joven. Él era muy aficionado a llevarte de día y de noche a los barrios y de enseñarte bares. Y de golpe descubre el barrio de Gràcia primero y luego los gitanos, ¡que ligan con el tema de la música!, y entonces es cuando él ve que aquí es donde puede encontrar su relato propio. Es decir, es algo que él decide primero intelectualmente y luego lo lleva a la práctica.

 

¿Y cuándo empezó a decir que la Rumba Catalana era la música más exportable que teníamos por aquí? ¿Desde el primer día…?

 

Jessi: Esto fue más adelante…

 

Rafael: Bueno, fue más adelante pero desde el principio era algo que lo veíamos como algo posible, porque era una música propia de aquí, que lo propio de un lugar era lo más fácilmente exportable al mundo, que era un género alegre, marchoso y con ‘trempera’ (‘punch’)… O sea esto ya lo sabíamos desde el principio. ¡Nosotros nos queríamos comer el mundo…! Nosotros queríamos hacer lo de la Fania All-Stars pero con la Rumba… Porque en ese momento la Fania estaba funcionando…

 

Jessi: …Más tarde hizo lo de Estrellas de Gràcia

 

Rafael: Sí, pero nosotros con la fantasía que ya sabes que nos caracterizaba… (Lo dice dirigiéndose a Jessi) ¿Me entiendes, no? ‘La venganza’, seguro que en un año estábamos en Nueva York… (Comentario irónico y en clave que hace dirigiéndose a Jessi, que provoca su risa y que ella corrobora con la cabeza).

 

Rafael Moll y Jessi Pérez: dos generaciones de mánagers unidos por la obra de Gato Pérez. © Manel Gausachs
Rafael Moll y Jessi Pérez: dos generaciones de mánagers unidos por la obra de Gato Pérez.
© Manel Gausachs

 

Sobre las referencias literarias del Gato, se sabe que él era muy amigo de José Agustín Goytisolo, Francisco Casavella, Marcos Ordoñez…

 

Rafael: Gato era profesor de matemáticas de Julia Goytisolo (Protagonista de la recordada canción Palabras para Julia de Paco Ibáñez).

 

Jessi: Sí, daba clases a Julia, la hija de Goytisolo.

 

Las letras de las canciones del Gato son muy bien logradas. ¿Podrías decir qué leía el Gato, cuáles eran sus referencias literarias?

 

Jessi: El Gato no era de leer un autor o engancharse a un autor, hay cosas que sí le agradaban, por ejemplo Poe le gustaba… Él leía muchas revistas, no era una persona muy literaria…

 

Rafael: ¡Madre mía!

 

Jessi: ¿Sí?

 

Rafael: A mí me reñía, mira que yo leía, un día me dijo "Moll, necesitas leer más cosas". Por ejemplo, recuerdo, y creo que aún los guardo en casa, no hay ninguna dedicatoria, pero era objetos suyos: una vez me regaló dos libros, uno era Así habló Zaratustra, de Nietzsche, y Las Confesiones de San Agustín.

 

Jessi: Le gustaban los filósofos, eso sí, también le gustaba Hermann Hesse, los existencialistas.

 

Rafael: Es verdad. De Hermann Hesse recuerdo que tenía Lecturas para minutos, que son recortes de libros y que me lo regaló.

 

Rafael: Sí, le gustaban las frases contundentes. Tiraba más hacia a los filósofos que a los novelistas.

 

Jessi: Sí, todos los que hacían sentencias. Era fan de esos, pero no era un lector, era más un fan, era otra cosa, un ‘absorbedor’. Absorbía un personaje entero. La energía era más así.

 

Rafael: Tiene razón. Es una buena imagen. No era un lector de estar leyendo novelas en el sofá.

 

Jessi: Era más fan de Nietzsche que un lector de Nietzsche.

 

Nos consta que era muy amigo del argentino Raúl Núñez, que fue el guionista de la película La rossa del bar (La rubia del bar) de Ventura Pons (1986), libro que del que era su autor.

 

Jessi: No lo sé, ni idea.

 

Rafael: Sí, de hecho tenía varios amigos argentinos, Marcelo Aparicio, Marcelo Covián…de toda una pandilla.

 

¿Su biblioteca se ha conservado?

 

Jessi: Sí… pero lo que leía es lo que te he dicho, y además cómics, libros de coches (Risas de Rafael)… Es que para explicarlo de alguna manera le interesaba todo al Gato, no tenía una línea fija.

 

Rafael: Creo que Jessi quiere decir es que Gato no era un lector paciente, de leer novelas. Él buscaba un libro y…

 

Jessi: De golpe le interesaba mucho algo y hacía toda una investigación al respecto, es decir, era una persona muy impulsiva. Yo no vi a mi padre leer libros y libros y libros…no. Yo digo la imagen que tengo de él.

 

El hecho de ser tan buen letrista, un poeta, hacía pensar que era un gran lector.

 

Jessi: No. Pero le gustaba mucho y respetaba mucho la Literatura.

 

Rafael: Absorbía mucha información.

 

Jessi: Si él veía a un señor en un bar de carretera, era como un libro para él.

 

Rafael: Su inspiración en las letras, si es lo que quieres buscar, evidentemente viene de muchos lados, pero el lenguaje de sus letras viene de la revista de información política Cambio 16.

 

Jessi: (Risas).

 

Rafael: Nos gustaba mucho Cambio 16, porque hacía artículos que decían por ejemplo "cuando Adolfo Suárez llegó al despacho, abrió su primer paquete de Fetén y dijo a su secretaría que…" Hacían una crónica así, explicaban cosas… O por ejemplo "Circulaba por la noche en su coche el ciudadano, proveniente de una fiesta…" A Gato le gustaba mucho la crónica.

 

Jessi: Los de Cambio 16 cada vez se extendían más. Le gustaba la crónica, la manera de contar. Y una cosa, el Gato tenía una manera de hacer las letras… No era buscar un poema literario, era buscar una sensación, algo que plasmara una idea.

 

Rafael: Tienes toda la razón. Eso forma parte de su fuerza. Él siempre iba a buscar la potencia de la historia que el acabado de la letra, pero hacía bien los acabados. Otros cantautores catalanes, que ahora no sé quiénes serían, buscan más los acabados, que rime bien…

 

Jessi: Claro, la potencia más que la estructura. Le gustaban más las letras que entran, o sea, iba a la yugular directamente, los acabados era algo secundario.

 

¿Tenéis borradores de sus canciones, donde se pueda ver las evoluciones de sus letras?

 

Jessi: Sí, el Gato lo guardaba todo, con tachones y todo.

 

Rafael: Son muchos papeles [risas]

 

Jessi: Sí, pero son nuestro tesoro.

 

Hablando de Nueva York… Hubo un disco que estaba previsto que lo hiciera a lo grande con una lista de grandes músicos internacionales…

 

Jessi y Rafael: El Música

 

Rafael: El Música (EMI, 1983) era un disco que se tenía que hacer en Nueva York con una gran banda. Por aquel entonces yo tenía trabajando en mi oficina (Cabra) a una chica argentina que se llama Luana Pagani que había llevado la relación internacional de Island para Ariola. Dejó Ariola y se vino a mi oficina con lo cual desde mi oficina le podíamos montar una gran grabación, pagando la EMI. Y entonces le montamos una gran grabación donde ya teníamos ‘cerrados’ a Steve Gadd (batería) —con días de estudio y sueldo…— y al bajista Marcus Miller

 

Jessi: ¡Ya ves!...

 

Rafael: Y ya teníamos fechas para un estudio de Nueva York de estos potentes pero que en estos momentos no me acuerdo del nombre… Después teníamos apalabrados varios ‘pitos’ (sección de vientos) de la Fania (All-Stars)… Queríamos ir a Nueva York y llevar a cabo la esencia de lo que queríamos hacer, porque fíjate que habíamos buscado un bajo y un batería más bien ‘rockeros’, no ‘salseros’, ¿eh? Siempre era el mismo concepto, que después lo supiéramos hacer mejor o peor ya era otra cosa… Le queríamos poner ‘pitos’ de la Fania pero la base era rockera. Y entonces cuando ya teníamos fechas y lo teníamos todo apalabrado…

 

Jessi:… ¡Y billetes comprados!

 

Rafael: No recuerdo si billetes también pero igual sí… Lo que sí que recuerdo es que teníamos a estos dos músicos ‘cerrados’ porque me acuerdo que el día que ‘cerramos’ al Steve Gadd nos hizo mucha ilusión. "¡Gato, que hemos ‘cerrado’ al Steve Gadd!" "¡Hostia! ¡No jodas!". Yo por esos días estaba haciendo clases de inglés a toda pastilla, porque voy corto de inglés, y me venía un profesor de ESADE (prestigiosa escuela de negocios de Barcelona) cada día un par de horas al mediodía, después de comer, para que yo llegara a Nueva York con cierta soltura... ¡O sea que imagínate cómo estaba de avanzada la cosa! Y entonces pasó lo típico… A la casa de discos le entró el miedo. Era un disco caro y debía pasar algún tipo de lío entre ellos, no con nosotros, y de golpe y porrazo "Tenemos que hablar con vosotros". En un primer momento hablaron conmigo. Voy y me dicen: "Es que a este presupuesto se había dicho que sí pero en el último momento el jefe no lo ha aceptado"… No sé, no recuerdo exactamente la excusa pero resumiendo que la casa de discos se tiró para atrás. Tampoco era tan caro…

 

Jessi: …Seguramente consideraron que lo era para el rendimiento que le podían sacar…

 

Rafael: Pero bueno, la idea era que un disco así igual se lo podía lanzar internacionalmente…

 

Jessi: Aquí hay un punto de inflexión en la carrera de Gato…

 

Rafael: Y entonces lo cambiamos por una cosa mucho más barata hecha entre Madrid y Barcelona… y el Gato se desanimó mucho…

 

Jessi: Mucho, mucho…

 

Rafael: Se desanimó tanto hasta tal punto que él prácticamente se desentendió de este disco… A ver, él era muy cumplidor y trabajador, pero si hasta entonces los otros discos los habíamos hecho muy a medias este disco me dijo: "Moll, hazlo tú". (Silencio). O sea que venía, ponía las voces, opinaba cuando hacíamos un arreglo pero se distanció de este disco... Ese disco lo hice con Josep Maria Bardagí (1950-2001), que es el arreglista del disco.

 

Este es el momento clave de la carrera de Gato…

 

Rafael: Sí, porque este disco tenía que ser ‘para arriba’ y fue ‘para abajo’. Sí, porque después él tampoco lo defendió con demasiada pasión. Era comprensible porque estábamos en un ‘globo’ con lo de Nueva York y de golpe y porrazo nos petaron el ‘globo’.

 

Porque el Música viene cronológicamente después del Flaires de Barcelunya (Aromas de Barceluña) (EMI, 1982). ¿Tiene sentido especular sobre el paso atrás de EMI por los resultados económicos del Flaires…?

 

Jessi: Puede ser…

 

Rafael: A ver, el Flaires de Barcelunya es un disco que EMI no quería hacer. O sea cuando nosotros fichamos para la EMI nos pusieron una condición y es que no incluyéramos canciones en catalán, como habíamos hecho en el Romesco o había hecho el Gato en el Carabruta, una condición que te tienes que tragar cuando entras en una multinacional… Entonces nosotros les contestamos que de acuerdo pero que entonces uno de los discos firmados por contrato fuera en catalán. Al principio habíamos quedado con un disco menos pero conseguimos añadir en la negociación uno más por contrato que fue este en catalán. Pero cuando llegó el momento que le decimos a EMI que hacíamos este disco en catalán rechistaron, pero como estaba en el contrato no tuvieron más remedio que hacerlo. Aun así nos dieron poco presupuesto, algo que se nota en el resultado final…

 

Jessi: Sí, pero es una maravilla de disco…

 

Rafael: Es una maravilla de composiciones pero a nivel formal… A ver nosotros no éramos ‘Hollywood’, íbamos rapidito, pero teníamos un sistema de grabación un poco más lento y este disco lo tuvimos que hacer muy deprisa por una cuestión de presupuesto. Y esto se nota en el resultado final, cosa que es mi gran pena porque… porque es un disco donde hay unas canciones cojonudas y le falta un punto de acabado que a mí me duele.

 


Gato Pérez cantando antes que nadie, en 1982, al presente y futuro mestizo de Cataluña y de Europa.

 

Yo diría que la obra de Gato es una de las primeras obras de cantautor realmente bilingües (castellano-catalán), de verdad, que canta en dos lenguas en un mismo disco y no en discos separado. Una espontaneidad que EMI modificó…

 

Jessi: Él hablando era 100% en catalán…

 

Sí, sí, pero su registro literario, podríamos decir, que era en un 75% en castellano y en un 25% en catalán, por decirlo de alguna forma…

 

Jessi: Eso sí, era más en castellano...

 

Rafael: Cuando firmamos con la EMI él insistió en que ya que nos pidieron que no metiéramos canciones en catalán en los discos al menos que uno de los cuatro que firmábamos fuera en catalán. A él le gustaba mucho componer en catalán. Eso fue algo que vino muy de su parte, no solo mía. "Moll, ciérralo así porque si no, no firmamos el contrato".

 

Y al final imagino conseguisteis algo muy difícil en una multinacional, una especie de ‘fórmula Serrat’: hazme tres en castellano y uno en catalán…

 

Rafael: Ahora no recuerdo como fue exactamente el tema pero sí, al igual opté por un ‘patrón Serrat’ porque por aquel entonces también era su productor.

 

Volviendo por un momento a Música, en este disco se incluye una de sus grandes canciones y más recordadas: Sabor de barrio, un dueto con Juan Carlos Baglietto, un artista que había obtenido un disco de oro por su disco de debut Tiempos difíciles (1982) y que también estaba en EMI. ¿Detrás de ese dueto había el intento de hacer llegar a Gato a Argentina y a América?

 

Rafael: Sí, sí,…

 

¿Había una amistad previa entre ellos dos?

 

No, no, lo conocimos entonces… Bueno, sabíamos quién era pero nos pusimos en contacto con él. Él en esos momentos vivía en Madrid y estaba intentando lanzarse desde allí…

 

Seguramente esta es una de sus canciones más argentinas porque contiene argot porteño…

 

Jessi: Sí, sí, hay lunfardo…

 

Rafael: Sí, en ese disco hay unas cuantas colaboraciones para intentar darle una cierta potencia a este disco… Una era esta colaboración de Baglietto y la otra es que en el tema Luna brava hay un solo de guitarra de Paco De Lucía, pero que en los créditos tuvimos que poner "Guitarra: Paco" porque la casa de discos no nos dio permiso para poner su nombre. (Silencio).

 

Jessi: Es que las discográficas por aquel entonces hacían unos contratos abusivos y condicionaban mucho las obras, y todo esto le afectó muchísimo a Gato…

 

Rafael: Está claro que con este disco, con el Música, nos hicieron daño. A ver… primero nos putearon con lo del catalán. El drama empieza con el disco en catalán que no lo querían hacer.

 


«Sabor de barrio», el Gato Pérez más porteño cantando con Juan Carlos Baglietto.

 

Una cosa que os quería preguntar a los dos como mánagers que sois. A Gato Pérez se lo vendía –si me equivoco me corregís— como Rock, como Cantautor –dos públicos que por aquel entonces no congeniaban mucho—, y como ‘bolo’ de baile de Fiesta Mayor… ¿Que se lo vendiera en más de un circuito esto jugó a favor suyo o en contra?

 

Rafael: No, en contra.

 

Jessi: Ser una cosa poco definida siempre juega en contra tuyo.

 

Rafael: Hay dos factores que lo perjudicaron claramente: uno que él se escondía detrás de la Salsa y la Rumba porque como le daba miedo el directo hacía que la banda fuera más de Salsa y Rumba de lo que era su obra. A ver… ¡los mejores discos del Gato son aquellos en los que él es más cantautor! ¡Ojo!, de cantautor original, no de cantautor aburrido, ¿eh?

 

Jessi: A pesar de que los otros también tienen ‘perlas’ realmente, pero estoy de acuerdo con esta apreciación…

 

Rafael: Y por otro lado, en toda esa época fuerte en la que yo era su mánager junto a Irma Coronilla y Pepe Monasterio, en esa época nosotros éramos muy potentes porque teníamos a la Orquestra Plateria y a la Salseta del Poble Sec y muchos grupos de baile, y la cosa iba muy bien económicamente. La Plateria y la Salseta eran las orquestras de Cataluña que actuaban más con diferencia, más que las tradicionales… Era la época del Pedro Navaja de la Plateria y cuando la Salseta hizo algún disco para Ariola…

 

Jessi: Es que la industria aquí (en Cataluña) de los grupos es el circuito de las Fiestas Mayores, ¡es así!

 

Rafael: Exacto. Entonces teníamos todo este circuito de la Plateria y la Salseta que funcionaba muy bien y por otro lado teníamos al Gato. ¿Qué pasaba? Pues que el Gato evidentemente necesitaba actuaciones y entonces pues lo colocábamos en este circuito.

 

Jessi: ¡Que también le gustaba este circuito! Él defendía siempre que se tenía que hacer música para bailar…

 

Rafael: Pero el problema es que siempre quedó a mitad de camino porque, para entendernos, no era ni el cantautor que yo digo que tenía que ser, ni tenía la fuerza (el ‘punch’) que tenía la Plateria o la Salseta…

 

Jessi: Pero los grupos que hay ahora se han aprovechado de este camino del medio que abrió el Gato… Dusminguet, La Troba Kung-fú… Todos estos grupos su mercado es este. Pero estos ya lo pueden hacer porque ahora la gente ya va a buscar rock’n’roll en una Fiesta Mayor. ¿Me entiendes?...

 

Rafael: Sí, pero los de ahora se han sabido decidir mucho mejor por el directo…

 

Jessi: Pero es que el Gato se avanzó a su tiempo en esto…

 

Está claro que si en las Fiestas Mayores de Cataluña hay baile, cantautoría y rock’n’roll, todo mezcladito, es por el Gato. Es una victoria intelectual suya que desgraciadamente él no pudo ver…

 

Jessi: Sí, es a posteriori totalmente porque esta victoria se produjo a mediados de los 90 cuando empezó toda esta onda de música ‘mestiza’, que se dio en llamar, después de lo del ‘rock catalán’ (se refiere al ‘boom’ de rock en catalán que se produjo entre 1989 y 1992). Muchos de estos grupos ‘mestizos’, que digamos, son hijos de todo esto de lo que estamos hablando… Algunos hasta somos hijos de verdad como yo. (Risas de Rafael).

 

Hablando de caminos que abrió y que sondeó Gato… El Ke imbenten eyos (EMI, 1984) en mi modesta opinión es un disco flujo…

 

Jessi: Sí, sí, pero ¡ojo con el directo de ese disco! Está claro que es un disco raro. Pero hay canciones muy buenas también…

 

Sí, pero el planteamiento, el ‘sonido’ es desconcertante. ¿Tiene alguna explicación?

 

Jessi: Sí, el Michael Jackson. (Y ríe). El Rafael te lo explicará muy bien…

 

Rafael: ¡Se empeñó que quería hacer un disco que sonara como el Thriller del Michael Jackson! (Silencio).

 

Jessi: Sí, sí, el Gato era así…

 

Es que es un disco que no tiene nada de ‘rumbero’…

 

Jessi: ¡Pero es que el Gato no era rumbero! ¿Sabes? No tenemos que caer en esa simplificación… Era un experimentador de cosas…

 

Rafael: ¡Sí y entonces cogía mis argumentos y los utilizaba a su favor! "¿No me decías tú que pasara de tanta Rumba y Salsa? Pues vale, venga, ¡hagámoslo ahora!"

 

Jessi: ¡El directo de este disco era súper funky! ¿Te acuerdas? Tenía una banda brutal…

 

Rafael: Sí, sí, el Sergi Fecé (de Los Trogloditas) y tal y cual… Bueno, total, él quería hacer este disco y la verdad es que nos hicimos la ‘picha un lío’, él, yo y todos… Él estaba empeñado en esto pero yo no lo veía tan claro, pero dije: "Vale, si lo ves tan claro lo hago".

 

Jessi: Pero mirarse las cosas desde lejos es muy fácil. Es muy fácil decir: "¿Por qué el Gato fue por estos derroteros? Bueno, hazlo tú. Reinvéntate continuamente como era su inquietud, ¿no?". Cuando uno tiene la auto exigencia que tenía el Gato por reinventarse pues pasan estas cosas. El Ke imbenten eyos es un disco rarísimo pero últimamente me estoy reconciliando con él porque tiene joyas. Tiene una chacarera que es el Chau flaca que es una pasada esta canción, ¡es una chacarera electrónica! ¡Este disco es ‘música electrónica’! Para mí este disco es un documento de música electrónica. (Pausa). Yo he escuchado música electrónica y este es un disco buenísimo electrónicamente hablando. ¡Es verdad esto!

 

Y con este disco, Rafael, se terminó vuestra relación profesional y se terminó su etapa con una multinacional.

 

Rafael: EMI no renovó y paralelamente se terminó nuestra relación profesional… No nos peleamos especialmente en este momento, nos peleamos al cabo de un tiempo, pero ya había una cierta distancia.

 


Gato Pérez sorprendiéndonos a todos con esta chacarera electrónica.

 

Y después ya viene la recta final de su obra, que empieza con Gato x Gato (Picap, 1986), donde ya no tiene a un compadre-productor fijo como tú...

 

Rafael: Todo esto ya lo hace él básicamente solo.

 

Jessi: El Gato x Gato sobre todo es un disco que lo hace él solo, ¿no?

 

Rafael: Sí. ¡Es un buen disco el Gato x Gato!

 

Jessi: A mí me gusta el Gato x Gato también. Con el que no puedo es con el Ten, no lo puedo escuchar. Es raro y es tristísimo, es un disco que a mí me mata.

 


«Barca, cielo y ola» (1986): Gato Pérez remando contra viento y marea a favor de la Barcelona eterna.

 

Rafael, antes nos has comentado —irónicamente— que vosotros querríais hacer con la Rumba lo que la Fania All-Stars había hecho con la Salsa… El Gato a finales de los 80 también dio el paso a producir discos: uno a Estrellas de Gràcia y otro a Chipén. ¿Tú esto cómo lo viviste desde fuera?

 

Rafael: Él quería producir estos artistas y estaba muy empeñado en producir —y no lo consiguió nunca— a Yumitus, que consideraba la gran promesa…

 

Jessi: Sí, precisamente ahora Yumitus ha hecho un disco cojonudo que se llama Gipsy Salsa Train (Segra SL, 2015). Lo ha sacado bajo el nombre de Yumi Gipsy Band.

 

Rafael: Yo creo que el de Chipén facilité que lo produjera él porque salió por PDI y yo por aquel entonces era el director artístico de esa compañía. Ese disco es totalmente suyo, no me estoy apuntando nada de él, pero igual aprobé el presupuesto o lo que fuera porque estaba un poco dentro de mi paraguas de ‘business’, no así artísticamente… El de Estrellas de Gràcia ya no.

 

Jessi Pérez: «Queremos reeditar su obra nosotros directamente, con un sello propio, y si no puede ser pues provocar que se haga y con la mayor calidad posible». © Elena Carreras
Jessi Pérez: «Queremos reeditar su obra nosotros directamente, con un sello propio, y si no puede ser pues provocar que se haga y con la mayor calidad posible».
© Elena Carreras

 

Jessi, ¿qué tenéis pensado hacer próximamente en cuanto a reediciones?

 

Jessi: Lo que me dejen hacer. Si no puedo hacerlas yo directamente, con un sello propio, pues provocar que se hagan y que se hagan en la mayor calidad posible. Pero lo más importante es que ahora, no hace ni un año, toda su obra esta digitalizada y la puedes escuchar toda en Spotify y Youtube, porque hasta hace poco sólo había 5 discos.

 

El hecho que su obra esté repartida en cinco sellos discográficos supongo que siempre ha dificultado su reedición sincronizada, que digamos. En CD no se reeditó toda en el momento de auge de este formato, Picap reeditó los de Zeleste-Edigsa y los que grabó directamente con ellos, K-Industria lo hizo con el primero y el último, pero no se reeditó toda su obra con EMI…

 

Jessi: La verdad es que ninguna discográfica de todas estas, excepto K-Industria, ha invertido realmente para conservar todo esto. Supongo que no lo han considerado rentable. Creo que teniendo en cuenta el valor artístico de su obra tendría que haber fórmulas más sencillas para reformular nuevas ediciones. Es fácil hacer reediciones de baja calidad, como el ‘fast-food’ de los restaurantes, pero otra cosa es re contextualizar bien una obra de hace más de tres décadas, tras 25 años de la muerte del autor.

 

Las discográficas deberían ponérnoslo más fácil.

 

Rafael: No, pero a los de la Warner –que son los que tienen ahora el catálogo de EMI— les interesa. Han mostrado interés pero hay que ver en qué se concreta su interés. Nos han pedido que les presentemos propuestas para reeditar ese material y en estos momentos estamos en ello.

 

Leí en una nota de prensa tuya (Jessi) que tenéis problemas para saber en qué estado están algunos másteres de sus discos…

 

Jessi: Sí, yo no tengo ni idea en qué condiciones están los másteres…

 

Rafael: Yo lo que me temo es que al igual no lo saben ni ellos mismos. Porque claro cuando un material pasa de compañía en compañía… A mí esto me da mucho miedo…

 

Jessi: A mí también… A mí esto me mata…

 

Rafael: Porque claro la Warner compra EMI, cuando compra EMI no sé exactamente qué compra, compra los derechos lógicamente pero… ¿y los másteres? La EMI tenía un almacén y un pequeño estudio cerca de la Plaza de Oriente (de Madrid) que era donde yo sabía que guardaban las cintas, donde iban a parar las cintas que nosotros hacíamos aquí, pero en el momento que EMI cierra… Primero la EMI se junta con la Virgin, después la EMI y la Virgin cierran y las compra la Warner… Claro aquí hay dos ‘pases’ de compañía y de locales que hace que te preguntes: "Hostia… ¿dónde debe estar todo aquel material?". Porque claro a esta gente igual les basta con trabajar con las copias digitales que tienen, o sea que a lo mejor alguna ‘lumbrera’ –no te extrañe— ha guardado los másteres de los ‘más importantes’ (se entiende que los artistas de más éxito comercial) pero no todo… Esto nos hace sufrir.

 

Jessi, ¿hay algún tema inminente relacionado con la obra de tu padre que se pueda anunciar en estos momentos?

 

Jessi: La verdad es que no. Mira, yo ahora dedicaré dos meses a las cosas del Gato, ¡que esto ya es mucho! E intentaré que de todo este trabajo salgan cosas…

 

Rafael: Estamos intentando hacer cosas la Jessi por su lado, yo por el mío y otra gente…

 

Jessi: Yo lo que estoy haciendo lo puedo hacer gracias a la colaboración de La Troba Kung-fú (la empresa de dicho grupo), que es el lugar donde trabajo y que me permite de alguna manera utilizar sus mecanismos para hacer las cosas del Gato. Es por eso que ahora mismo lo puedo hacer porque trabajo para una empresa que me lo permite, ¿sabes?... antes no lo podía hacer.

 

Para ir terminando, Rafael, de todas las ‘teorías’ que escribió el Gato, o que os contó en la barra del Zeleste, ¿cuáles se han confirmado? ¿De todo lo que dijo en qué fue premonitorio?

 

Rafael: Hombre, ante todo con su obra. El Gato tiene una obra muy buena. Es un compositor que ha hecho una colección con un porcentaje muy alto de canciones muy buenas. Esto es lo que está por encima de todo. Y además tenía esta facilidad teórica que ha hecho que cosas suyas hayan quedado para la historia de la música como el ‘tema’ de la ‘música layetana’.

 

Hay una frase que es tópica pero que es verdad, él dignificó mucho la Rumba –no porque antes no lo fuera— pero es que él le colocó letras e historias que hicieron que de golpe y porrazo la Rumba pasara de ser un género con letras banales –¡ojo! algo que no tiene por qué ser malo siempre– a ser algo más ‘serio’.

 

Pero el Gato sobre todo es su obra. ¡Es que su obra es potente, muy potente!

 

Él fue un creador de relato sobre la música de Barcelona, de lo que era y de lo que él creía que tenía que ser… ¿Pero os convence el relato que se ha construido sobre su biografía?

 

Rafael: No, pero esto ya es normal… A ver, Marcos Ordóñez escribió un libro que no está mal pero que es incompleto… (Se refiere a Gato Pérez (Editorial Júcar, 1987)).

 

…Pero es que ese libro es de tres años antes de su fallecimiento…

 

Rafael: Sí, por eso, que lo hizo hace muchos años y además es cortito y le faltan cosas. Cualquier explicación de lo pasado es complicada pero más en el caso del Gato que fue un hombre… (Pausa) complejo, por todo esto que estamos explicando y porque tenía muchas facetas. Evidentemente que cuesta mucho explicar al Gato y evidentemente no se ha explicado lo suficiente…

 

Jessi: Y siempre se han cogido los mismos ingredientes para explicarlo…

 

¿El error principal es etiquetarlo como rumbero y ya está?

 

Jessi: ¡Este es el gran error! Sí.

 

Rafael: Este es el tema… O sea ‘el rumbero Gato Pérez’.

 

Jessi: Y dejarlo con eso y ya está…

 

Rafael: O sea, ¡Gato Pérez está por encima de la Rumba al igual que Pérez Prado lo está del Mambo!

 

¿Y pensáis que hay alguien capacitado para escribir sobre Gato en toda su complejidad?

 

(Silencio) Rafael: A ver, teniendo en cuenta que han pasado 25 años –que son muchos años— el otro día en el homenaje que se le hizo en La Floresta –aparte de que fue muy bonito y muy emotivo— veías que vino gente con mucha ‘potencia’. Esto me da la esperanza de que si su obra se mantiene con la fuerza que se mantiene, en el futuro nos deparará cosas buenas…

 

Jessi: ¡Una obra que en buena medida es ‘invisible’ porque se murió en el momento del paso de lo analógico a lo digital!

 

Rafael: … Pero que a pesar de estos impedimentos su obra se mantiene por su potencia. El otro día en La Floresta había unas 600 personas, pon que entre 50 y 100 estábamos ahí porque teníamos una relación personal con él, pero había 500 que la relación era puramente con su obra…

 

Jessi: Esto se da mucho con el Gato… La gente que le gusta y lo vive mucho porque encuentra unas letras muy humanas que le entran mucho…

 

Rafael: A mí todo esto me hace tener la esperanza que alguien explicará cosas algún día… No sé cuándo pero tarde o temprano… Yo sería del parecer que el Gato se merecería una biografía novelada, una biografía bastante ‘auténtica’ (Y sonríe)… En la que si algo no es del todo auténtico da un poco igual porque forma parte del personaje. Una biografía novelada podría dar mucho de sí, con elementos de todo, hasta con un final trágico, un final trágico—poético, ¿me entiendes? El Gato se lo merecería porque todo lo suyo ha quedado difuminado… Jessi y yo ya la vamos explicando mucho, y (Carles) Flavià y (Jaume) Sisa… Pero siempre quedan los titulares…

 

Jessi: Sí, ellos llevan muchos años explicándolo pero ahora lo que tenemos que hacer es ordenar, poner las cosas en su lugar y luego que ellas se expliquen por si solas.

 

Rafael: Pero bueno, la esperanza está en que en los 25 años que han pasado ¡hay que ver lo que se aguanta!, porque se ha muerto mucha más gente buena por desgracia y no se aguantan tanto… Al menos en lo que es ‘Barcelunya’, que diría él, su obra ‘tira’…

 

Y dejamos la conversación en este punto con la sensación de que nos quedan muchas cosas en el tintero, que habríamos podido hablar de muchas otras cosas y que el puzzle Xavier Patricio Pérez-Gato Pérez sigue teniendo piezas por descubrir y por poner en su sitio… ¡Que sea así por muchos años!

 


Gato apostando «avant la lettre» por una nueva «sabrosura latina» en la vieja Europa.

 

(Agradecimientos a Àlex Gómez-Font por su colaboración en la búsqueda de datos)






 
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