Hablar de Chavela Vargas sin que se cuelen las notas de alguna canción tradicional llena de remordimientos o amores infinitos es imposible.
AP - Y así quedó demostrado el sábado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara donde se presentó su biografía "Chavela Vargas aquí les dejo mis verdades".
Aunque el público no escuchó cantar a Vargas, sí aplaudió a rabiar cuando Eugenia León interpretó con fuerza algunos temas que Vargas popularizó a mediados del siglo pasado, rompiendo mitos y barreras sobre género en la música ranchera mexicana, que hasta su llegada era un ambiente dominado por hombres.
"Gracias a todos los que han hablado de mí. Ahorita porque estoy yo presente, porque en otras épocas...", dijo haciendo gala de su sentido del humor.
Sin embargo, no estaba muy lejos de la realidad.
En la época en que irrumpió en cantinas y bares mexicanos y comenzó a cantar con una pistola al cinto y una botella de tequila en una mano, fueron muchos los que reprobaron su conducta.
Ahora se le venera en ciertos círculos como la mujer que se atrevió a desafiar la imponente cultura machista mexicana, cantando con desgarro y ronquera los sufrimientos de amor por los que también pasa una mujer.
Vargas, nacida en Costa Rica hace 90 años, llegó a la presentación en silla de ruedas (la usa desde hace meses) y dijo que lo único que pedía era "justicia al cielo, que ruegue por mí para que se me pongan bien las piernas. Tengo muchas ganas de caminar y de ir como antes".
La cantautora catalana Lia Sampai, originaria de las Terres de l'Ebre, se encuentra en la antesala del lanzamiento de su tercer álbum de estudio Un Delta fràgil, previsto para el 18 de abril y del que acaba de presentar su segundo single.
La trovadora chilena Elizabeth Morris emerge una vez más con su nuevo trabajo, Los ojos del corazón, un álbum que refleja un proceso creativo de introspección y madurez artística.
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