ADOLFO CELDRÁN • Página Principal

Sería impensable en estos días que se catalogara una canción como “No radiable”; que un autor se viera obligado a pasar por la censura; que se le denegara cantar sus canciones estampando con un sello la palabra “PROHIBIDO” en cada una de sus estrofas, para que nadie las pudiera leer, para que nadie las pudiera cantar o escuchar. Eran los años 60-70 cuando Adolfo Celdrán, junto a otros autores, fundaba el movimiento “Grupo Canción del Pueblo” en Madrid. Este grupo se disuelve en 1968, y es entonces cuando el autor decide iniciar su carrera musical en solitario. En esa época ser cantautor era arriesgado, las canciones eran peligrosas porque podían hacer que la gente pensara y eso era exactamente lo que hacía Adolfo Celdrán cantando a los poetas, versionando grandes temas de carácter social de otros lugares del mundo.

En 1969 edita tres de sus primeras canciones, en un single titulado Cajitas, que contiene versiones en castellano de Bella Ciao y Little Boxes y una canción fundamental en su obra: General, sobre poemas de Bertolt Brecht. Su primer LP lo publica en 1970, con once canciones compuestas sobre textos de poetas comprometidos: Jesús López Pacheco, Bertolt Brecht, León Felipe, Nicolás Guillén, Carlos Álvarez y él mismo. Se titula Silencio, y la grandeza de sus canciones va acompañada de un diseño magnífico del pintor Juan Genovés, que convierte este trabajo en una auténtica joya.

Pero la presión a la que se encontraba sometido por la censura, que le impide cantar y desarrollar su actividad artística y de composición, le empuja a abandonar; vuelve a su tierra, Alicante, para dedicarse a su faceta de profesor universitario y a otras actividades creativas diferentes a la música. La publicación de este disco se torna en un retiro que finaliza en 1975 con 4.444 veces, por ejemplo, donde reivindica al poeta Miguel Hernández, al que rinde homenaje en su siguiente trabajo: Al Borde del Principio (1976). Concluye este período con la publicación de Denegado (1977), donde incluye todas aquellas canciones que la censura de la época le había prohibido cantar y que lo habían relegado al silencio entre los años 1970 y 1975. A partir de ese momento, y durante un largo período, no volvió a grabar en solitario, aunque siguió colaborando en trabajos colectivos.

Con este historial, la idea que se tenía de Adolfo Celdrán era la de un cantautor comprometido con la poesía y con la justicia social en un tiempo determinado, los años 70; que era capaz de hacer palpitar a la gente con el No nos moverán y conmoverla con la Canción del Esposo Soldado. Así era, pero los tiempos cambian y evolucionan, y nuestros trovadores también. Adolfo Celdrán como otros grandes cantautores siempre ha estado comprometido con el momento que le ha tocado vivir; ha sabido adaptarse a los tiempos que corren, y prueba de ello es que en 2001 rompe ese esquema que sobre él se tenía, publicando Jarmizaer, Jarmizaer, un trabajo de carácter intimista, en el que el cantautor proyecta su mundo inmediato; donde muestra, sin olvidar su carácter comprometido, toda la sensibilidad y la profesionalidad de uno de los grandes de la canción de autor, que hacen que este último trabajo sea un regalo para los aficionados, una obra de arte y una demostración de autenticidad.

La reedición en 2004 de Silencio en edición facsímil supone un reconocimiento al autor y un paso importante en la recuperación de nuestra memoria histórica y sentimental, que debería culminar con la reedición de todos sus discos, más aún en estos años que se rememora el centenario del nacimiento de Miguel Hernández, poeta fundamental en la obra del artista.

Hace años lo escuchaba con entusiasmo, ahora lo sigo escuchando de la misma manera. Mi admiración por el cantautor, y la casualidad de reencontrarme con sus canciones, me han dado la oportunidad de recopilar sus trabajos y de confeccionar su cancionero. Con toda la responsabilidad que para mí representa esta labor, y con la osadía que caracteriza a la gente apasionada por la Canción, presento la obra y la figura de Adolfo Celdrán en CANCIONEROS.