Me entristeció un poco ver la sala con tan poco público. No sé si la concordancia con un concierto en el Palau de la Música de Pedro Guerra podía tener la culpa o no, pero el caso es que no me gustó esa sensación de vacío imaginada desde arriba ante un auditorio de unas poquitas filas.
Pero mi conocimiento era escaso y por eso fui a la sala Barradas de l’Hospitalet con la sensación de que iba a descubrir una tierra muy nueva, aunque paradójicamente ese continente ya estaba amplia y generosamente explorado.
No sé si se producirán más sorpresas como esa en este Barnasants, pero el éxito de público sorprendió a propios y extraños. El local presentaba una entrada espectacular de un público adicto, entregado, con ganas de cantar, de aplaudir y de entusiasmarse.
Ya son muchos los años que lleva Alejandro Filio subiendo a los escenarios. Han sido diversos los países recorridos con su guitarra a cuestas y públicos diversos los que le han visto y le han seguido, y siguen haciéndolo después de tanto tiempo.
¿De qué me sirve que estés aquí? pregunta Marta en la canción “Entre cada palabra”, y la verdad es que se me ocurren muchas respuestas.
Y he venido a verte, a escucharte, a descubrirte y mira por donde has conseguido despertarme desde los primeros compases de ese negrito que se pintaba la cara de blanco.
Los organizadores del Barnasants estuvieron bien aconsejados cuando algún amigo querido y cercano les sugirió a Christian y Mario como alternativa musical y complemento magnífico a un variado y rico Festival. La idea parecía atractiva. Incluir en el programa a un dúo boliviano que no hacía música andina les sedujo desde el principio.
Posiblemente el comentario de la cabecera no sea todo lo ilustrativo que debiera. Quizás el reencuentro fue más mío con él que suyo con el público catalán. Posiblemente mi pecado ha sido distanciarme tanto y durante tanto tiempo de uno de esos cantautores que resultan obligatorios a los que amamos la canción de autor, los poetas con guitarra, la gente que nos emociona y conmueve.
Parece que la voz monótona de Ismael Serrano no es inconveniente para que llene sin dificultad un teatro durante dos días consecutivos. Por algo será, digo yo.
Al que no se sepa las letras de sus canciones muy fácilmente terminará derribado en la butaca durmiendo a pierna suelta. Es verdad que eso es algo que les sucede a muchos artistas, aunque no a todos.
El esperado concierto de Aute reunía ingredientes de un gran acontecimiento. La presentación de su nuevo trabajo “Humo y azar”, como parte de un concierto largo y lleno de emociones y nostalgias dentro del marco incomparable y magnífico del Palau de la Música, hacían prever un concierto memorable.
Había expectación. Las entradas en el Palau no son nunca económicas, pero el aforo estaba completo.
En su actuación en el Barnasants el gaditano dejó claras varias cosas que ya se sabían: tiene un estilo propio.
Más allá de la voz, que a mí no me parece buena, el gaditano tiene su sello. Esa es su mejor virtud y yo diría que la única. Chaouen no se confunde con ningún otro cantautor, y ése es un detalle que gusta a una gran mayoría: la originalidad.
Yo que he andado ya lo mío y que he creído ya estar de vuelta de todo y teniendo la certeza de que pocas cosas podrían sorprenderme, me he visto asaltado por lo inesperado.
Yo que amante de la trova, conocedor de Silvio y anclado (gustosamente, dicho sea de paso) en los contenidos de la trova cubana, así como de algunos excelentes trovadores tanto nacionales como extranjeros pensé que pocas cosas podrían ya pillarme de sorpresa.
El jueves 14 de marzo Mayte Martín presentó en el Teatro de la Maestranza de Sevilla su nuevo espectáculo: Tatuajes. Se trata de una colección de joyas de grandes autores universales llevados magistralmente al territorio particular de la artista. Con este concierto y con el disco que lleva el mismo nombre, rinde homenaje a la canción de autor más global, a la que traspasa fronteras y conforma una parte primordial de la memoria sentimental de diferentes generaciones.
Desde los veintiún años la argentina Carmen Aciar es una barcelonesa más, llegó para descubrirse en su arte por las calles de Barcelona, sumando sus propias historias desde que llegó en ese agosto de 2022 para habitar esta ciudad en sus incertidumbres, sus composiciones ya conforman su primer disco Historias mías.
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