Décimas (29): Ya está corrido el telón
Ya está corrido el telón,
la fiesta sigue su curso:
mi largo y triste discurso
es parte de la función.
Les doy la continuación,
porqu’ eso es lo prometido,
despéjense los sentidos
para seguir adelante.
Empieza la delirante
del cuento que les escribo.
Primera parte, señores:
mi taita sigue la toma.
Ya que yo soy su paloma
le arrullo con los bordones.
Mi abuelo con sus razones
le da variados consejos;
le dice: «Vas para viejo.
Mira tus once chiquillos,
afírmate en los palillos
pa’ que te dure el pellejo».
Mi taita se pone sordo,
no hay llanto que lo detenga,
ni fuerza que lo contenga:
s’está desplumando el tordo.
Está justito en el bordo,
veo gastado el cordel,
no hay esperanzas de él,
la causa está consumí’a.
La muerte se acerca impía,
ya se oye su cascabel.
De noche, pasa en desvelos,
delira por el alcohol,
anda pidiendo el panteón,
se sab’ en el barrio entero.
Pa’ peor le exige a mi abuelo
cada mañana su herencia,
con tanta y tanta insistencia
que un día llegó el notario
con un legajo de diarios
y arreglan su diferencia.
Tocamos esto y est’ otro,
terrenos en cantidades,
sirvió de calamidades
y perdición de nosotros.
Así como corre un potro
corrieron los despilfarros;
tamboreteando en un tarro
se quedó aquel grimillón.
Con su perdida razón
cayó mi taita en el barro.