Décimas (74): En Varsovia (o Me falta la comprensión)
Me falta la comprensión
par’ explicar el grandioso
momento tan venturoso
que dentra por mi razón.
S’embarga mi corazón
en este siglo moderno,
veo que aflojan los cuernos,
los toros quedan sin astas
y el pueblo diciendo: «Basta
pa’l pobre ya los infiernos».
Vamos entrando en Varsovia;
soy la feliz cenicienta
que va cayendo en la cuenta
que estoy como que de novia.
Atrás quedó l’hidrofobia
viendo mi delegación,
mostrando su corazón
en pálpitos uniformes,
porque se sienten conformes
con este lazo de unión.
Entramos en la coluna
humana de aquel desfile,
miles y miles de miles
de voces fundidas en una,
de todas partes los hurras;
allí todos son hermanos,
van tomados de la mano
como formando cadena,
porque la sangre en las venas
fluye de amor sobrehumano.
Repletan las galerías
Asia, Chile y Argentina;
son miles de golondrinas
Pekín, Canadá y Bolivia.
Caupolicán y Bolívar,
San Martín y los Carreras,
son una sola bandera
más pura que la mañana;
ochenta razas hermanas
arrullan las mensajeras.
Las juventudes polacas
mostraron su gallardía,
su amor y su bizarría
como gallitos d’estaca;
allí presente Caracas,
judíos con italianos,
malayos, samaritanos:
es este un jardín de flores
de fraganciosos primores,
jardín del amor humano.