Cada tarde te veía, siempre en la misma estación,
tú, sin saber que existía,
yo esperando al cercanías destino a tu corazón,
para subirme algún día.
Por el andén te buscaba y tú mirabas atrás
Dios mío, si se cruzaran mi mirada y tu mirada,
ya no habría libertad, ni tesoro que cambiara
por esa casualidad.
Y es que el destino es amargo, al menos para mí,
no quiso presentarnos aquella tarde de abril
y ahora me tienes aquí, flaca de amor como un galgo,
con pulgas que van soñando de un rail a otro rail.
Pero la suerte fue amable, al menos por una vez,
y quiso un día sentarme, misma hora, misma tarde,
mismo vagón, mismo tren, mismas ganas de abrazarte.
Mil estaciones pasaron y no quisimos bajar,
aun sabiendo de antemano que el trayecto es limitado
y el tren tiene que parar, pues más tarde o más temprano,
hay que asumir el final.
Porque el destino es amargo, al menos para mí,
quiso otra vez separarnos aquella tarde de abril
y ahora me tienes aquí, flaca de amor como un galgo
con pulgas que añoran tanto tu amor de ferrocarril.
Aún recorro cada tarde la que fue nuestra estación,
por si acaso al cercanías le da por volver un día
a este triste corazón descarrilado en la vía.
Tu billete era de ida, sé que no regresarás,
tu mirada lo advertía en aquella despedida,
como en otro tiempo atrás al cruzarse con la mía.
¡Qué cruel casualidad!
¿Ves que el destino es amargo?, al menos para mí,
no quiso inmortalizarnos aquella tarde de abril
y ahora me tienes aquí, flaca de amor como un galgo
con pulgas de desengaño hurgando en mi cicatriz.
La cantautora catalana Lia Sampai, originaria de las Terres de l'Ebre, se encuentra en la antesala del lanzamiento de su tercer álbum de estudio Un Delta fràgil, previsto para el 18 de abril y del que acaba de presentar su segundo single.
La trovadora chilena Elizabeth Morris emerge una vez más con su nuevo trabajo, Los ojos del corazón, un álbum que refleja un proceso creativo de introspección y madurez artística.