En mis ojos cabe todo el dolor del mundo
En mi vientre cabe todo el amor del mundo
De mis pechos beben todos los niños del mundo
Todo el temor del mundo en mis manos cabe
Mi garganta anida todos los cantos del mundo
Y mis pasos llevan todo el cansancio del mundo
En mi piel se esconde el sol entero del mundo
La sangra entera del mundo de mi cuerpo sale
Abrazo lo poco que tengo
Lo tanto que tengo, lo cierto que tengo
El brillo en tus ojos, la tos, los antojos
El miedo y el sueño, el acorde que todo
Los tantos anhelos, el calor del fuego
La sal y el deseo, la miel en los dedos
Aquello innombrable, en mi voz todo cabe
Mi entrepierna guarda todo el placer del mundo
Y entre abrazos ahogo ya los llantos profundos
No hay temor ni rabia, solo instantes confusos
Arriesgando despega entero el valor del mundo
Mi voz es más grande que el cielo
Más hábil que el viento humilde y eterno
Constante y sincero, directo y certero
Más fuerte que el fuego, ya no tengo miedo
Ni frío en los huesos,
Mi calor es eterno
Mi voz es más grande que el cielo
Más hábil que el viento humilde y eterno
El brillo en tus ojos, la tos, los antojos
El miedo y el sueño, constante y sincero
Los tantos anhelos, el calor del fuego
La sal y el deseo, ya no tengo miedo
Ni frío en los huesos,
Mi calor es eterno
Giovanna Marini, una figura histórica del canto popular italiano, falleció a los 87 años tras una breve enfermedad. Su dedicación a la música y la tradición oral ha dejado una profunda huella en varias generaciones de músicos y oyentes. Ella recogió y popularizó la canción Bella Ciao.
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