¿Has visto un ciclo en televisión del cine
en tiempos de Franco?
Yo soy aquel chaval que creció en la fila
de los mancos.
Si un dedo acariciaba una pierna, un cuello, un sujetador,
bramaba la temible linterna del acomodador.
Ella tenía catorce abriles en canal,
sobre las rodillas rebeca para disimular;
aquel sabor a chocolatina, piel, saliva y sudor...
la carne de gallina me pone en el corazón.
En pantalla Dalila
cortaba el pelo a cero a Sansón
y en la última fila del cine
con calcetines
aprendimos tú y yo.
Juegos de manos
a la sombra de un cine de verano,
Juegos de manos...
siempre daban una de romanos.
Era condición esencial organizar bien el modo
de entrar en la semioscuridad blanca y negra del No-Do
y, mientras en el circo un león se merendaba a un cristiano,
la nena se dejaba besar (que no la pille su hermano).
Si estrenaban Cleopatra y pedían el carnet
yo iba con corbata y pomada que cura el acné
hasta que aquella bici de mi niñez se fue quedando sin frenos
y en la peli que pusieron después nunca ganaban los buenos.
Y mientras en pantalla
prendía fuego a Roma Nerón,
contra la última valla del cine
y en calcetines
aprendimos tú y yo.
Juegos de manos
a la sombra de un cine de verano,
Juegos de manos...
siempre daban una de romanos.
Hoy que todos andan con videos porno-americanos
para ver contigo me alquilo una de romanos.
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