Javier Ruibal en busca de Paraísos mejores

Javier Ruibal © Mª Gracia Correa

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Paraísos mejores
(Javier Ruibal) [2018]

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Javier Ruibal

No sabría decir las veces que he asistido a conciertos en Sevilla de Javier Ruibal, siempre que he sabido que venía a mi ciudad he ido a verlo. He visto al artista en multitud de ocasiones y en formatos de todo tipo: en espacios amplios abarrotados de gente al aire libre, en teatros siempre con el aforo completo, en actuaciones fuera de serie, como una inolvidable cita por sorpresa en la Plaza Nueva sevillana hace ya bastantes años.

En todas las oportunidades el artista muestra su gran proximidad con el público, da igual la cantidad de gente que convoque, Ruibal siempre lo da todo, derrochando simpatía y cercanía. Pero esta cercanía se vuelve complicidad total cuando entre el escenario y el público no hay distancia física.

Ya lo pude comprobar hace unos años (2012) en un espectáculo que hizo en una azotea sevillana, en la Casa de la Provincia, en un festival de conciertos titulado: Entretejas. En estos últimos meses he podido disfrutar de sus actuaciones en dos formatos diferentes; en febrero en la presentación de Paraísos mejores en el Espacio Turina dentro del ciclo Al Alba donde estaba acompañado por Javi Ruibal, Federico Lechner y José Recacha. En Junio, el recital era en el hotel Colón, en petit comité, en una serie de cuatro conciertos con cuatro protagonistas Tomatito, Javier Ruibal, Maui y María Peláe.

Apareció Ruibal, con su camisa tropical, acompañado de dos músicos extraordinarios, su imprescindible Javi Ruibal un genio de la percusión y Diego Villegas, maestro del viento, clarinete, flauta, armónica. Ambos músicos fueron protagonistas únicos en determinados momentos del espectáculo. La interculturalidad de Javier Ruibal hace que sus actuaciones se conviertan en viajes por ritmos mestizos, aquella noche nos llevó de Cádiz a La Habana y de allí a Nueva York, pasando por África. Interpretó canciones de Paraísos mejores, pero intercaló algunos de sus temas más míticos, que el público siempre espera con auténtica devoción.

Entre las primeras canciones que entonó: Tu vida en prenda y La playa de la mulata, que están incluidas en su disco 35 Aniversario (2015). Haciendo alusión a la inmigración con la que Ruibal se muestra siempre especialmente sensible por el drama humano que conlleva y que es bien visible e innegable en las costas gaditanas, nos regaló La reina de África, que fue seguida de Por tu amor me duele el aire.

Javier Ruibal © Mª Gracia Correa

A ellas le sucedieron algunas de las nuevas canciones publicadas en Paraísos mejores, Un sinmorir día a día, no tuvo una previa presentación por parte del artista, no le hace falta ningún prólogo a esta canción, para mí una de las joyas más preciosas del disco y del cancionero de Ruibal, una verdadera obra maestra. Con este tema, Ruibal en su papel de navegante, de viajero en el tiempo y en el espacio, llega a uno de sus más altos niveles del romanticismo vital, el amor imposible e ineludible, el amor que puede vencer a un universo contrario si es necesario: Ni el mismo Tutankamón ni toda el agua del Nilo… pueden oponerse. La búsqueda es inexorable, eterna e incierta, ni en el antiguo Egipto, ni en el reino de Granada, ni en París, ni en Fiesta de muertos en México es permitido el encuentro, quizá sea posible en el futuro, en las playas de Neptuno, vaya usté a saber dónde nos junta la historia/…y así va rueda que rueda/ esperando que suceda/ tu alma busca la mía/ un nacer y renacer/ un perpetuo ir y volver/ un sinmorir día a día. Ruibal en estado puro superándose a sí mismo en cada canción.

Acto seguido nuestro artista nos llevó pa’ Cádiz con La Geisha gitana, que dedicó a toda la gente apasionada por el arte, pasando por encima de purismos ...que ahora nacen los flamencos en donde les da la gana. Un espectáculo ver a todo el público coreando y acompañando a los artistas al compás, muy frecuente en los encuentros con Ruibal, como saben todos sus seguidores, la complicidad que se genera. Y cambiando radicalmente, nos presentó Black Star Line, la historia de un sueño que no fue posible, la lucha de muchos africanos por una vida digna, que en Paraísos mejores interpreta junto a Chico Cesar. Siguieron entre otras Mi bella navegante, interpretada en el disco junto a Juan Luis Guerra, y Tu divo favorito, una historia que surgió de una anécdota que le sucedió al cantautor en Nueva York, una historia que mezcla el rap, la ópera y el amor.

Javier Ruibal © Mª Gracia Correa

Terminó la noche con tres canciones incluidas en su doble CD 35 Aniversario: Tierra, Cine Macario, una de las más esperadas por el público al juzgar por los aplausos y que es un clásico en los conciertos de Ruibal, es un elogio a los cines, lugares, como explicaba el artista, que desgraciadamente cada día están más en desuso y que tan fundamentales han sido en el despertar de varias generaciones. Se despidió el autor con La rosa azul de Alejandría, un regalo para todos los que tuvimos la suerte de poder asistir a esta entrañable función, que forma parte de una extensa gira que ya lleva muchos conciertos a sus espaldas y que afortunadamente para sus admiradores, están previstos muchos más: Valladolid, Rota, Alcalá de los Gazules, Madrid Zaragoza, Almería, Getxo, Cádiz, Vic, Aranjuez, Mallorca, Salamanca y entre ellos otro en La Sala de Sevilla al que de nuevo espero poder asistir. Ruibal siempre ilusiona.

Javier Ruibal © Mª Gracia Correa