Luis Eduardo Aute y Joan Isaac.
© Xavier Pintanel
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Apoyar la cultura propia de un país no es llenarse la boca con soflamas patrioteras de cara a la galería. Es necesario a nivel político, educativo y de los medios de comunicación intentar abrir ventanas y propiciar canales de transmisión para los creadores en su diversidad, no cortar la cadena que hace posible que la cultura —en este caso los músicos y su obra— sea accesible a todos, nadie puede valorar algo que no tiene la posibilidad de conocer y enriquecerse con una obra o un artista que no sabe que existe.
Es imprescindible además reconocer públicamente el valor de todos los que con su contribución al arte mejoran la sociedad, es vital apoyar la cultura propia activamente por quien tiene los medios de difusión y de reconocimiento, también importa el apoyo activo por parte del público receptor, eso es en conjunto hacer un país más rico culturalmente, en ese sentido algo tendríamos que aprender de los franceses.
Sintomático y orientativo al tiempo que preocupante por el empobrecimiento cultural que supone es, por ejemplo, que un veinteañero de Barcelona no sepa ni por casualidad quien es o qué ha hecho de meritorio por su lengua y su cultura el cantautor Joan Isaac o que un joven de Madrid no sepa quién o a qué se dedica Luis Eduardo Aute, y lamentablemente así sucede, pregunten y verán el resultado, la misma cuestión pero invirtiendo el orden de autores y lugares de consulta sería ya como pedirle peras al olmo, misión imposible. Es evidente que todo debe cambiar.
Muchas cosas no funcionan hoy en esta sociedad que premia especialmente lo superficial y lo vano, si se arrincona y se acaba con la cultura con mayúsculas no hay ya esperanza, no hay futuro, no seremos nada.
El jueves 14 de marzo Mayte Martín presentó en el Teatro de la Maestranza de Sevilla su nuevo espectáculo: Tatuajes. Se trata de una colección de joyas de grandes autores universales llevados magistralmente al territorio particular de la artista. Con este concierto y con el disco que lleva el mismo nombre, rinde homenaje a la canción de autor más global, a la que traspasa fronteras y conforma una parte primordial de la memoria sentimental de diferentes generaciones.
Desde los veintiún años la argentina Carmen Aciar es una barcelonesa más, llegó para descubrirse en su arte por las calles de Barcelona, sumando sus propias historias desde que llegó en ese agosto de 2022 para habitar esta ciudad en sus incertidumbres, sus composiciones ya conforman su primer disco Historias mías.
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