Sí, esto y así y sin saberlo, arrancó el día que Ovidi se fue de vacaciones y nos quedamos mudos medio de la calle.
Esto continuó desde márgenes y tangentes, sí, un 2006 cuando, contra la ley del silencio y los planificadores del olvido, jóvenes precarios desbordaron y llenaron un Palacio -el de la Música- para recordar al obrero de la palabra de Alcoi y desobedecer al absurdo.
Esto ha ido ensanchándose, boca oreja y gota a gota y para el desconcierto de gestores e inquisidores, cuando en 2015 el Año Ovidi se convirtió en una red arraigada de actos colectivos, reencuentros compartidos y resistencias comunes: desde abajo, nunca desde arriba.
Borja Penalba, Mireia Vives, David Fernández y David Caño abren el festival BarnaSants con un homenaje a Ovidi Montllor en el año en que se cumplen 25 desde que el trovador valenciano nos dijera adiós para irse de vacaciones.
Un trovador que —al igual que los pintores malditos— goza de mayor reconocimiento ahora que en vida, cuando fue condenado al ostracismo —especialmente desde las instituciones públicas— porque su voz digna y potente se alzaba contra el poder sin doblegarse.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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