Quizás son muchos años las tres décadas de ausencia de los escenarios madrileños de Charles Aznavour, pieza clave de la canción francesa, que ha intentado enmendar esta noche ese lapso generacional y demostrar que, pese a no llenar el recinto, su pertinaz vocación musical está muy vigente a los 91 años.
Un rápido vistazo al graderío bastaba para confirmar que esta vez los rostros jóvenes representaban una proporción ínfima y se constataba a su vez que, para ellos, Francia está muy cerca geográficamente, pero muy lejos en lo cultural, con el idioma casi borrado de las escuelas frente a la prevalencia del inglés a pesar de lo mucho que se le debe, también en lo musical.
Charles Aznavour, "la voz" de la canción francesa y una de las plumas más importantes de la historia musical mundial, es un muchacho de casi 91 años que disfruta ahora de su auténtica juventud. "Yo fui viejo siendo muy joven, cuando me tenía que preocupar por sobrevivir", ratifica este galo de origen armenio.
A su paso por la capital española para promocionar estos recitales, comenta que hacía 30 años que no pisaba la ciudad, porque, sencillamente, parece que "a ningún promotor se la había ocurrido que fuese buena idea traerlo".
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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