El libro 'Romper una canción' (Aguilar), de Benjamín Prado, "desnuda" a Joaquín Sabina y al propio escritor narrando cómo se fraguó la escritura del reciente disco del cantante, 'Vinagre y Rosas' durante siete meses en la ciudad de Praga.
"Las personas son poliédricas y hay partes en sombras, así que el libro está hecho como la luna con toda una parte en sombra", aseguró, y precisó que "la parte oscura esconde aspectos que no tiene interés, que son demasiadas privadas o porque ponen en peligro su matrimonio", bromeó.
Mala onda. Pasan varios días antes de que me atreva a poner Vinagre y rosas, la entrega 2009 de Joaquín Sabina. Una cuestión personal: me repele la portada, con el artista en actitud jocosa, y todas esas sombrías fotografías.
“Por momentos, a ‘Vinagre y rosas’ le pasa como a algunos de esos discos de Cohen o de Serrat, que a la tercera canción empiezas a bostezar y a la cuarta puedes caer dormido sin remedio. Y, cojones, señores, que es Sabina, que estas cosas no deberían pasar en sus discos”
En este texto, analizamos con sentido crítico “Vinagre y rosas”, el nuevo disco de Joaquín Sabina; una obra que llega tras cuatro años de silencio discográfico.
El problema cuando admiras mucho a alguien es que las expectativas ante una nueva obra suya son muchas y, claro, o éste entrega una pieza genial o la decepción está asegurada. Eso es exactamente lo que pasa con el nuevo trabajo de Joaquín Sabina, que como “Vinagre y rosas” no es –digámoslo rápido– una obra maestra, la decepción ha sido mayúscula.
“Creo que para escribir juntos hay que quererse mucho, y yo a Joaquín lo quiero un montón, yo mato por él"
¿Qué parte de las canciones son de Sabina y cuál es suya?
Es todo de los dos. Yo creo que lo más bonito que ha habido en el proceso de escritura del disco, y lo cuento en el libro, es que ninguno de los dos tiene hoy idea de qué escribió cada uno. Las canciones están peleadas hasta la última coma. Están hechas de verdad juntos, físicamente sentados, siete meses escribiéndolas.
El Hermano Benjamín llegó a poner la hiel y no se fueron a celebrar la caída del muro a Berlín, llegaron a Praga donde una vez la primavera tomó nombre de esperanza. Y allá que fueron a romper la cubertería del fracaso y entre vaso y vaso un descorche de Clicquot.
Después de '19 días y 500 noches', un disco "muy humilde" hecho de un tirón, "sin dormir", Joaquín Sabina se quitó el miedo a su voz rota y decidió mostrarla "sin maquillajes". "La gente prefirió eso". Con aquel trabajo quedó muy contento y no ha sido hasta ahora, con 'Vinagre y rosas', que sale a la venta el próximo 17 de noviembre, que el cantautor vuelve a estar satisfecho con las 12 nuevas canciones que se incluyen en este trabajo, un mano a mano escrito con la colaboración de Benjamín Prado.
A sus 60 años, Joaquín Sabina está inmerso en la promoción de su último disco, "Vinagre y rosas", que saldrá a la venta el 17 de noviembre y que incluye trece nuevas canciones, entre las que destaca "Tiramisú de limón", carta de presentación del álbum.
"La vida ahora no es tan nocturna, ni tan intensa, ni tan alcohólica, ni tan adictiva, pero disfruto de placeres como irse de gira durante un año y enfrentarse a muchos públicos, algunas fiestas después de los conciertos y visitar amigos", añade.
Vinagre y rosas rompe casi un lustro de silencio de Joaquín Sabina y su publicación tiene carácter de acontecimiento. Es el disco más esperado del año y llega el 17 de noviembre con Tiramisú de limón como adelanto.
El nuevo disco de Joaquín Sabina, "Vinagre y Rosas", que saldrá a la venta este año, "desprende una emoción y un dolor que gusta" y sus "estribillos serán coreados en los estadios", anunciaron sus coautores Pancho Varona y Antonio García de Diego.
El nuevo trabajo cuenta "con unas 13 ó 14 canciones" cuyos estribillos han nacido para ser coreados en los estadios, coincidieron en señalar ambos músicos.
Joaquín Sabina se encuentra en proceso de grabación de su próximo disco que lleva el título provisional de "Vinagre y rosas". Pancho Varona nos lo cuenta.
O sea, la grabación.
Mañana, lunes 20 de julio, empezaremos la sexta semana de grabación de un disco que no tiene título seguro al cien por cien, ni tiene un número de canciones determinado al cien por cien.
Pero es muy bonito.
La cantautora Judit Neddermann y el guitarrista Pau Figueres presentan un nuevo álbum conjunto, con doce canciones en castellano, catalán, portugués y francés, grabadas en directo en estudio. Entre ellas, una nueva versión de Vinc d’un poble con Joan Manuel Serrat y temas originales que combinan pop, folk, jazz y música popular brasileña.
El cantautor chileno Patricio Anabalón lanza el single Danza con la participación de Silvio Rodríguez, en una obra producida por Javier Farías y enriquecida con los aportes del Cuarteto Austral, Felipe Candia y otros destacados músicos e ilustradores; en un encuentro generacional de la canción de autor.
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