Seda luz
Cuando el solano se va por los pasillos
del horizonte balcón pa’l otro lado
la noche tibia se acerca apuradita,
mujer bonita que amansa el mar picado.
Cuando el solano se va por los pasillos.
¿Por qué la luna se mete en mis asuntos?
—dijo la brisa marina difamada—
El mar será su espejo sin disgustos
y ella su seda luz de madrugada.
¿Por qué la luna se mete en mis asuntos?
Hoy en mi arena soñé tus pies de encanto
no había otra huella que hiciera compañía,
te canto ahora contenta celebrando
tus soledades que siguen siendo mías.
Hoy en mi arena soñé tus pies de encanto.
¿Quién dijo que en mi juego no hay coraje?
si te gané jugando flor de avena,
lancé mi envite en un mar de glauco traje
y te soñé desnudo en luna llena
¿Quién dijo que en mi juego no hay coraje?
Si te contara, amor de mi esperanza,
te venderían mis ojos, mi alegría
cuando ayer me moría en tu tardanza
oí al salitre diciendo que vendrías.
Si te contara, amor de mi esperanza.
Autor(es): Henry Martínez
