El mar arrastra ganas de ceder
Maldigo ver a tu destino ahogarse,
estás juzgando a Dios por no reír,
llorando las heridas mal curadas
de sueños que ya se hacen cicatriz.
Cómo hago yo para cerrar las puertas
que dan a lo que nunca pudo ser,
retroceder a respirar la mierda,
el mar arrastra ganas de ceder.
Tendré que darle fin a los momentos,
que te transportan siempre a ese lugar,
en donde los intentos dan la vuelta
y tu alma exhausta se deja llevar.
Cómo hago yo
despertar, despegar.
Maldigo ver
La lluvia embarra otra vez el suelo
donde la calma suele caminar,
de algún lugar renacerá tu fuerza,
que alejará un poco a tu pesar.
Despertar, despegar.