Penélope de la década del 80

Augusto Blanca

Esta Penélope de la década del 80,
esta fragancia apagada por la tormenta,
esta esperanza decidida a cambiar su curso
con mirada llena de marzo,
de muchacha ingenua que fue ayer.

Esta Penélope de la década del 80
conversa sola y no parece estar muy contenta.
En este parque, Parquecito de Medias Lunas,
sueña hallar alguna fortuna;
tarde en tarde viene a esperar aquél.

Aquél, juegos prohibidos allá en la infancia,
aquél, que abrió las puertas de su inocencia,
aquél, amor perfecto de adolescente
que guardó rescatadamente
bajo la almohada de su pudor.

Aquél, que un día lejano partió a la guerra,
aquél, que no se sabe si está en la tierra,
aquél, falsa moneda o noble gigante,
o simplemente triste emigrante,
aquél, que nunca se despidió.

Esta Penélope de la década del 80,
esta añoranza ayer tarde saldó la cuenta.
Esta confianza se ha cubierto el pelo de flores,
su vestido cambió y mejores
resplandores muestra en la piel.
Esta fragancia desechó su sitio de antaño,
sacudió de polvo su empeño,
y hoy comparte toda su miel
con alguien que no es aquél.

Se fue para no volver,
se fue sin decirle adiós,
muy lejos de ella se fue:
comienza otro ensueño de amor.