De cero
Me había vuelto a atragantar
con una frase que entendí
me alimentaba a reventar
la calma
Hice una antorcha y la tragué
y la prendí bajo mi piel
y ardió mi entraña hasta purificarme
el alma
Creí limpiarme al vomitar
cambiar la carne al transpirar
escupir las deudas para comenzar de cero.
Y en cero, altivo, me aplaudí la sombra
llené los músculos de mil palabras
cambié los tachos por las viejas fotos
Y las putres tripas al inodoro.
Y el bilis y el uvasal flotando
rumbo al océano de cloacas.
Y las uñas y las cenizas: a los jarros
llenos y llenos de buches de lavandina
volando hacia el primer container que vi,
cuando bajé a aplastar las calles
a pedales.
Con la memoria me quedé
la única huella sin tocar
salí a buscar la nueva sed
a pesar mío.