El antigal
En tus viejos brazos se quedo el ayer,
rescoldo del alma arisca que se fue
el tiempo en tus manos solas,
quedo tendido sobre la luz
sangre reseca la mañana
llorando siglos a la voz del sol
el grito inca estremeció el dolor.
silencio descalzo por tu cuerpo va.
Las piedras al viento le roban la sal.
los grillos duermen la tarde,
oro desnudo del cerro atrás,
cabo una boca de tu noche
el oscuro acero de tu negra piel
para dormirse entre la soledad.
Llorando el calor del llanto del indio
en su manantial febril mojando el antigal.
lluvia que viene de dios
antiguo cansancio y lento su andar
tiene una lanza por el cardón
y en las espinas dejo las manos
para la sangre con otro color,
y al rayo loco dio su corazón.
el destino de tu nombre fue final
y la luna aquella ya no alumbra más.
La hembra cerró su vientre
y por la frente se desangro.
Dejo sus huellas hacia al norte
busco camino para allá morir,
y como madre lloro también su mal.
Ronda por adentro el amo sideral,
y anda por tus venas, y desde que se fue.
Levanta tus ojos negros
para cubrirse muerto y leal
dejo su huella en la roca
como una herida, y sin gritar su voz,
ella en el cielo, hecha una maldición.
