
Sargento Pimienta
La primera vez que escuché tocar
a la banda del Sargento Pimienta
no me gustó.
Tanto corazón sólo en el amor
y el sonido de esa vieja trompeta
no me marcó.
Pero yo volví, algo me llevó
y en el baile descubrí la sorpresa
de un bandoneón.
Aprendí el compás dulce del fox trot
y la rumba me arrastró hasta las venas
esa fricción.
Soy el que está fijo en el salón
y oigo las canciones
y el rumor de un saxofón
Y preso y feliz siento la emoción
como se abre paso hasta llegar
al corazón.
No me cansaré vuelvo a recordar
cada vez que me arde el sol en las venas
vuelvo a cantar.
Huyo del reloj que marca el final
cuando suena el vals de la despedida
y ya no hay más.
Esa que no sabe afinar
y en la banda tocar, si, para la gente
Esa que no sabe llevar
como nadie la emoción del compás.
Huyo del reloj que dirá el final
cuando suena el vals de la despedida
y ya no hay más.
Autor(es): Pedro Guerra