
Paloma querida
Por el día en que llegaste a mi vida,
Paloma querida, me puse a brindar
y al sentirme un poquito tomado,
pensando en tus labios, me dio por cantar.
Me sentí superior a cualquiera
y un puño de estrellas te quise bajar
y al mirar que ninguna alcanzaba
me dio tanta rabia que quise llorar.
Yo no sé lo que valga mi vida
pero yo te la quiero entregar;
yo no sé si tu amor la reciba
pero yo te la vengo a dejar.
Autor(es): José Alfredo Jiménez