Gran señor tretas
Busco al Gran Señor Tretas.
Hace tres siglos fue un profeta
que alertó de muchos males
a todo nuestro planeta
Su nombre nos sustenta.
A los peligros ahuyenta.
Nos salvó de muchos males
que asecharon a esta tierra.
Nadie puede dudar, nadie puede Objetar
que un profeta como este,
merezca la eterna santidad.
La erupción del Himalaya,
el calendario Maya,
británicos y nativos
peleando por tierras lejanas.
Las secuelas del Big Bang,
la independencia en Tucumán.
Son parte de la historia
que nos supo anticipar.
Nadie puede dudar, te lo puedo asegurar
que un profeta como este
merezca la eterna santidad.
Hace tres siglos atrás
existió un santo, de venerable piedad.
Unos lo deshonraron, otros lo negaron.
Fue la gran esperanza
de una comunidad.
Para muchos fue una guía,
fue pura sabiduría.
Todos se ponen de pie
al oír sus profecías.
¡Oh!. ¡Gran sabio del por qué!
¡Nuestra vida le debemos a usted!
¡Oh!. ¡Gran mago del saber!
¡Nuestra vida le debemos sólo a usted!
Hoy un obrero de las sierras,
tras sus excavaciones se aterra
cuando una máquina de tiempo
encontró bajo la tierra.
Pertenecía al profeta,
quien una vez tuvo una meta.
Viajó a través del tiempo
y alertó a este planeta.
La historia fue a contar al pasado viajar.
Salvó vidas con sus tretas,
¿por qué habrían de juzgar?
¿Y qué vamos a hacer con sus adoradores,
que por tanto tiempo lo han santificado?
Firmemos un trato de silencio,
que aquí nada ha pasado.
