
Imitación de la vida
Como de niño a su padre imitó
encandilado
convirtiéndolo en polvo o en dios
según el caso.
Cuando un día el viejo partió
desencantado
no supo qué hacerse con tanto amor
magnificado.
De adolescente adoraba a Julio
su amigo raro,
imitó sus manías y gustos
determinando
asumir de por vida ese olor
dignificarlo
por eso cuando Julio olvidó
se vino abajo.
Cuando rondaba los treinta esgrimió
la arquitectura
plano a plano el ingenio agotó
sin estatura.
Imitó cuanto apunte encontró
en la basura,
a mediocre si apenas llegó
y perdió altura.
Ya anciano y mustio oraba al señor
por su destino
le imploraba un final más sereno
sin desatinos
e imitó cuanta muerte encontró
en los archivos
pero hurgó en su existencia y no dio
con el camino.
Autor(es): Amaury Pérez