
El Señor Durito y yo
Estaba yo pensando en unas palabras para este encuentro.
Estaba yo escribiendo un discurso para este pueblo.
Me distraje viendo a la luna, allá en las nubes, allá en el cielo.
Estaba por declararme muy firmemente desconcertado.
Bajé la mirada y vi que mi papel estaba en blanco.
Me distraje viendo a un bichito muy parecido a un escarabajo.
Yo soy Señor Durito, no soy un bicho ni escarabajo.
Yo soy Señor Durito, héroe de niños y de ancianos.
Con mi estirpe de caballero clavo mi lanza de buen lancero.
Ay, ay, ay, ay, me voy a volar, y usted aquí esclavo de andar.
Arriba, la luna, como una nube de crinolina
con su rubor eterno mancha y mancha sus orillas.
Abajo, hombres y mujeres soñando celebran la existencia
yo suspirando para que la esperanza y la luna vuelvan.
Ay, ay, ay, ay, me voy a volar, y usted aquí esclavo de andar.
Escuche Señor Durito, unas palabras necesito
para esta disertación sobre liberalismo.
Me distrajo la luna y me distrajo usted, señor bichito.
Escudero analfabeto que no sabe nada de esto.
Como buen plebeyo sabrá que no hay remedio:
en esta globalización todos los globos se revientan.
Nosotros, los que volamos, somos tan libres como es el viento.
Ustedes quedan abajo: son los rebeldes, son los chicanos,
son los negros, son los latinos, maricas, presos, los marginados.
Autor(es): León Gieco