
Nena
Se llamaba Nena,
tenía las venas
repletas de flores,
retamas y almendros.
Llevaba en el pelo
todas las estrellas
y la luna al verla
moría de celos.
La vi Cenicienta
vestida de barro
la vi de tormentas
cargada de harapos.
Era la perfecta luz
de la esperanza
hoy sólo le falta
decir hasta luego.
Se llamaba Nena,
tenía las venas
repletas de olores
de un suave aguacero.
Creció por las calles,
repartió su fruto
a un niño, a un mendigo,
al dolor sin rumbo.
Se llamaba Nena,
hoy tiene las venas
repletas de bombas,
de napalm, de acero.
Pensó que a lo grande
sería más sencillo,
repleto el bolsillo
de anfetas y dardos.
Se transforma en hada,
en serpiente, en humo,
recorre galaxias
con una mirada
y queda en la cama
con sabor a nube,
a piel deshojada,
a muerte que sube.
Autor(es): Lito