
Inciertas mañanadas
Hay un pequeño arroyo
bajo las piedras
acaríciale el lomo
que no se pierda.
Que no se pierda el brillo
de sus palabras:
corriendo entre los campos
nace la alfalfa,
crecen los trigos,
las sementeras
y los pueblos reviven
en primavera.
Incierta la mañana, no viene el agua.
Si a la tarde no acude el agua,
se marcharán del sitio,
se irán sin nada.
Haz canales y riegos,
frutos maduros,
defended con el agua
vuestro futuro.
Que no se pierda el río
en el horizonte,
el agua que no usas,
no sirve al monte
ni a los sasos que llenan,
de sur a norte,
esta tierra bravía
que nos dio en suerte.
Haz saltos que iluminen
tu tierra oscura
y combate con ellos
la singladura
de los que nada tienen,
porque a estos nunca,
con el agua sobrante,
les fue traída
una cosecha cierta
que asegurase
trabajo todo el año
sin alejarse.
Autor(es): José Antonio Labordeta