
Paisaje de la vidala
Noche provinciana donde el cielo
es huerto de las mil estrellas,
que son mil hermanas brillando
y danzando sobre los desiertos.
Pasa el viento norte por los poleares
y en la misteriosa maraña espinosa
todo los aromas transforma en cantares.
Y llegan los hombres, obreros, paisanos,
hijos de las selvas y los arenales.
Limpios corazones y callosas manos
y aprenden la copla que dejara el viento
con melancolías de viejos amores,
panal de dolores, miel de sufrimientos.
Y hacen esperanza de la antigua pena
y cantan la dulce y agreste vidala
con el mismo ritmo que late en la vena.
Trova campesina mística y pagana
que narra y evoca, que reza y provoca
rumor de guitarras y cajas indianas.
Y cuando de lejos se siente tu son
despierta el profundo misterio del mundo
en las tolderías mi corazón.
Autor(es): Atahualpa Yupanqui