
Como otro invierno
Parece ser como otro invierno
cuando llenabas tus cuadernos
con letra dulce y temblorosa.
No fue otra cosa que este pequeño D’Artagnan,
te abandonara y te dejara sola
como un mueble en el desván.
Pero, qué cosa la vida:
ahora tienes compañía,
y tocarás el piano con él
a cuatro manos.
Y Mozart se reirá de mí,
de tus mejillas carmesí,
y aquel muñeco de felpa
que te regalé en abril,
dejará caer dos gotas,
como dos lágrimas rojas.
Pero tú no las verás.
Y silbando una polonesa,
aquel pondrá la mesa
con la vajilla de cristal,
recuerdo de tu mamá.
Pero qué importancia tiene.
Un hombre es un hombre, nene,
y hasta puedo ser feliz,
aunque de vez en cuando
me acuerde de ti.
Autor(es): Víctor Heredia