
Muchachita de neón
Siempre estuvo a prueba el corazón
de esta muchachita de neón.
Siempre le exigimos la canción
que nos quite de un golpe la desilusión.
Pero entre sus calles, rumbo al Sur,
brillan estrellitas de color
y una luna enciende su farol
y alguien silba un tango como un mago burlón.
Y pone en fuga a las brujas de la soledad.
Voy, preso en tu niebla y en tu esplín,
en tu perdido candor,
pleno hasta el fin,
loco por vos,
desde tus domingos sin color,
caminando tu ombligo,
tu vacío esplendor,
deshilachando en las noches
tu baba y tu alcohol,
bajo la lluvia amarilla
de tu corazón,
mi Buenos Aires, mi novia,
mi dulce, mi amor.
Ella abrió sus sombras y yo amé
su perfume intenso de burdel.
Compartí su lágrima y lloré
por sus sueños rotos, dulce mina sin fe.
Y ella me amó con su tango
de droga y de dolor.
Autor(es): Víctor Heredia