
Nomeolvides
En el comedor se puede oler la pena
y algún resto de la cena.
Prepararé café pero descafeinado.
Ojalá durmieras a mi lado.
¿Qué voy a hacer con el pellizco
de tu olor que te robé?
Un nomeolvides,
un no me obligues a olvidar
un dardo al corazón.
Marca ese reloj las cuatro menos veinte
y no adivino lo que sientes.
Será mejor leer aquél libro prestado.
Ojalá leyeras a mi lado.
¿Qué voy a hacer cuando me cuelgue
de tu voz cada atardecer?
Las reglas del juego
se han de pactar primero
no avives el fuego
para llamar a los bomberos.
Autor(es): Dani Flaco