Amália Rodrigues

La zarzamora


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En en café de Levante entre palmas y alegría,
cantaba La Zarzamora;
se lo pusieron de mote, porque dicen que tenia
los ojos como las moras.
Le hablo primero a un tratante, y olé,
y luego fue de un marqués
que la lleno de brillantes, y olé,
de la cabeza a los pies.
Decía la gente que si era de hielo,
que si de los hombres se estaba burlando,
hasta que una noche, con rabia de celos,
a La Zarzamora pillaron llorando.

¿Que tiene La Zarzamora
que a todas horas
llora que llora por los rincones,
ella que siempre reía
y presumía de que partía los corazones?
De un querer hizo la prueba
y un cariño conoció
que la trae y que la lleva
por la calle del dolor.
Los flamencos del colmado
la vigilan a deshoras
porque se han empestillado
en saber del querer desgraciado
que embrujo a La Zarzamora.

Cuando sonaban las doce una copla de agonía
lloraba La Zarzamora,
mas nadie daba razones ni el intríngulis sabia
de aquella pena traidora.
Pero una noche al Levante, y olé,
fue a buscarla una mujer;
cuando la tuvo delante, y olé,
se dijeron no se qué.
De aquello que hablaron ninguno ha sabido
mas La Zarzamora lo dijo llorando
en una coplilla que pronto ha corrido
y que ya la gente la va publicando.

¿Que tiene La Zarzamora
que a todas horas
llora que llora por los rincones,
ella que siempre reía
y presumía de que partía los corazones?
De un querer hizo la prueba
y un cariño conoció
que la trae y que la lleva
por la calle del dolor.
Los flamencos del colmado
la vigilan a deshoras
porque se han empestillado
en saber del querer desgraciado
que embrujo a La Zarzamora.

Lleva anillo de casado,
me vinieron a decir,
pero ya lo había besado
y era tarde para mí
Que publiquen mi pecado
y el pesar que me devora
y que todos me den de lado
al saber del querer desgraciado
que embrujó a La Zarzamora.