
Calle Preciados
Calle preciados miles de ojos que te miran
a donde mires hay alguien que suspira.
Barco encallado entre Sol y la Gran Vía,
entre arrecifes de bisutería.
Una pieza de Albinoni o de Vivaldi
y un violinista que aparece en una esquina.
Calle vitrina suma y sigue de la vida,
calle de paso sin entrada ni salida.
Calle Preciados
un vodevil en medio de la selva.
Calle Preciados. Calle Preciados.
Un carnaval de siluetas.
Gente que mira de reojo su perfil
un delicado maniquí le guiña al paso.
Blusa de raso que te siente bien a ti,
Mírate en mí, soy lo que andabas buscando.
Cosmopolita calle del escaparate,
tu pulso late con el último segundo.
Un disparate que se esfuma como el humo,
cuando la noche viene con sus vagabundos.
Calle Preciados...
El violinista huyó a la Plaza del Atril,
en su lugar un saxofón toma el relevo.
No hay nada nuevo aunque todo cambie al fin.
Te espero allí, donde nunca pasa el tiempo.
Calle Preciados
un vodevil en medio de la selva.
Calle Preciados. Calle Preciados.
Un carnaval de siluetas.
Autor(es): Joaquín Lera, Juan Antonio Muriel