Devaneo
Secretos de papel que leí por primera vez
cuando me senté y delante de él me confesé.
Desempolvo la carpeta de sueños rotos
con lo que fue o quiso ser, para volver otra vez.
A faratar lo dicho, a buscar otro ritmo,
a dejarme llevar por la musa de crear.
Construyo melodías que sirvan de base
a las que puedan añadir todo su arte.
Me sumerjo en la palabra, pido explicación,
el acorde no entona como lo quería yo.
Hagamos rima contra el viento,
repartamos las reglas de la dichosa canción,
cada instrumento que se ponga a su labor
para llevar el barco a buen puerto.
Vengo resuelto a disfrutar, vengan como vengan los vientos,
y la parienta abandonada vengan como vengan los vientos.
Sin más que pensar, escapo de la rutina,
me encierro a grabar para olvidar la fatiga.
Del eterno otro día que nos va empañando
en cuanto le dejamos si no tomamos medidas.
Menos mal que en el cielo tenemos una estrella
pariendo el devaneo, alumbrando y atenta
para darle amor de las cosas pequeñas
que consigue el esfuerzo de quien se empeña.
Sintiendo nuestra unidad, reparto calor,
dosis de humor para limpiar el corazón.
Nos queda un cuarto para la hora, apúrala,
no está de moda beber, reír y charlar.
Somos unos pelagatos y qué más da,
a hombros de cien hermanos que están detrás.
Las hostias por lo que sea las puedo encajar,
así que, compréndelo, si te digo que no.
Vengo resuelto a disfrutar, vengan como vengan los vientos,
y la parienta abandonada vengan como vengan los vientos.
Si cuento lo que veo, lo que vivo, ¿cómo voy a ponerle precio?
Dime qué te debo, que no es mío.
