El Cielo A Deshora
Me muero y siento tu recuerdo, no quiero tenerte que olvidar,
dame un poco de tu carne, dame venenos para volar.
Ciego, sólo con tu cuerpo, ciego, sólo al mirar juntos y en paz, drógame ya.
Leyendas de otros tiempos se repiten en este umbral,
Penélope, espérame tejiendo el anhelo de mi recuerdo.
Tristes y cíclicas vídas observadas en contenido y formas insípidas.
La envidia, la avaricia, el poder.
Banales esfuerzos para conseguir la ansiada gloria,
desvanecida en el instante mismo de su alcance.
Olvidando el camino... Olvidando el placer.
Mitos, dioses, héroes... Ya saben el final, dolor y más dolor.
Me muero y siento tu recuerdo, no quiero tenerte que olvidar,
dame, un poco de tu carne, dame venenos para volar.
Ciego sólo con tu cuerpo, ciego sólo al mirar, juntos y en paz, drógame ya.
Bien sabes compañero que hay más palabras
para lo malo que para lo bueno y que ni el amor merece la guerra,
sólo el regalo sincero de lo que es tuyo sin peros.
Libre como fuiste a la vida dejaste irse,
para dormir al arrullo de quien te quiso suyo.
¡Oh! Valiente caballero, sin espada ni escudero, yo por ti, muero.
