Pinchos Y Alambres
Camino colgado de un alambre, sabiendo que ni un paso en falso
me hará caer con el equipaje ganado a la distancia y a los años.
Solo compañero del lamento, intento escapar de mí,
dejar de pensar, dejar de sufrir, poner tierra de por medio.
Como perro que pierde el rastro, me arrastro nervioso y asustado,
juguete en manos del tiempo, por primera vez la duda es mi dueño.
Un hierro clavado en el pecho se retuerce si me faltan huevos,
si no salgo a buscarte, si no me echo a la calle.
Lugares y pasajes repetidos extraigo del barullo un sonido.
Otro aguijón de tu recuerdo se clava en mi cerebro.
Es una pena que querer immplique sufrir,
dime el límite entre amar y poseer.
Quién sabe cuánto aguantaré, oigo voces fuera,
sé que estás pensando en mí
y eso a veces no me deja vivir.
El metal se hunde más por las manos de amor
que no sabe esperar los juicios de la razón.
Empeñado en resolver lo que no se puede saber,
vuelve el dolor de elegir otro pincho de vivir.
Mastico estropajos cuando comprendo
el futuro del cuento, tal vez sea sólo miedo.
Miedo a cambiar, miedo a sufrir,
miedo a la verdad, miedo a elegir.
Está gritando, está creciendo, tiene sed de agua del cielo,
está saltando, se está riendo, va borracho buscando tu pelo.
Mi mano con tu mano arrancará el hierro,
mi mano con tu mano, matará el miedo.
