
La canción del artesano
Con la paciencia de un relojero,
el esmero de un cirujano,
fui tejiendo con mis manos
mi tapiz, mi cancionero.
Con oficio, corazón
y un poquito de fortuna,
tal vez las musas de la luna
me regalen una canción.
A veces me recreo
con el balanceo del mar
de las caracolas;
con ese rompeolas
que sólo estando a solas
se puede oír.
La canción del artesano
es mi pan de cada día.
Nunca morirá de olvido
una canción de artesanía.
Nunca morirá de olvido.
Me hice amigo de la lluvia
que agoniza en los tejados,
con el paso de los días
del tiempo hice mi aliado.
A veces me recreo
con el balanceo del mar
de las caracolas:
con ese rompeolas
que sólo estando a solas
se puede oír.
La canción del artesano
es mi pan de cada día.
Nunca morirá de olvido
una canción de artesanía.
La canción del artesano
vive de la melodía.
Nunca morirá de olvido
una canción de artesanía.
La canción del artesano
es mi pan de cada día.
Todo lo que de olvido muere,
nunca tuvo melodía.
Autor(es): Juan Antonio Muriel