
Que Me Arranquen El Pellejo
He vuelto otra vez a desdudarme con la tinta en un papel,
que son disparos que dan de lleno en la sien,
con palabras tan amargas y tan dulces como la miel.
Vuelvo otra vez a echarle jeta a cada paso de mis pies,
ahora sé que tengo un presente y no un después
y alejarme de la gente con menos luces que un burdel.
No voy a caer de nuevo en las redes de los cerdos,
ni agacharé las orejas,
aunque a pedazos se caiga el cielo y no habrá un momento
donde a un clavo ardiendo me sujete yo.
Que me arranquen el pellejo a tiras
si me tengo que ver alejado de las calles
que me vieron crecer.
Que harto estoy de rozarme en ortigas
por buscar la piel y roncar a su lado;
para verla amanecer.
Hay mucho que hacer, una manita de pintura a la pared,
donde colgaba los recuerdos del ayer,
y así poder tapar las grietas
que hacen que me agriete yo también.
Voy buscando en los minutos reirme por unos segundos,
vigilando en cada vaso no desperdiciar abrazos, si pienso
que los verdaderos sólo los encuentro donde vivo yo.
Que me arranquen el pellejo a tiras
si me tengo que ver alejado de las calles
que me vieron crecer.
Que harto estoy de rozarme en ortigas
por buscar la piel y roncar a su lado;
para verla amanecer.
No quiero en la vida más nada,
que suenen acordes de los Bocanada
y gritar otra vez, que así estamos bien.
Que cante mi mama una copla,
que baile la niña, que suenen las copas
brindando otra vez, que así estamos bien.