Entre la espada y la pared
Palabrita del niño Jesús
Que ya no siento nada de nada por ti
No siento frío ni calor, ni una mijita de dolor
Ni me castigo con el recuerdo de aquellos besos
¡Ay que cada noche bebía de tus labios!.
Las dulces palabritas que tú me decías
Yo me las creía niño, y ahora sé cuanto me mentías.
Entre la espada y la pared
Tu me tuviste y sin saber que hacer
Mi corazón no se creía que tú le engañabas
Pero mi cabeza así me aconsejaba:
Olvídale te hará llorar
Mares de lágrimas amargas
Está jugando con tus sentimientos
No te engañes, no le importas nada.
Para él no vales nada.
Tanto tiempo me tuviste ciega
No sabía lo que era vivir sin tu amor
Por donde tú pisabas yo seguía tus pasos sin dudar
Veía sólo por tus ojos que a mí me camelaban
Hasta el día en que te vi besándote con otra.