Carta Baladi

Agosto Marchito


Imprimir canciónEnviar corrección de la canciónEnviar canción nuevafacebooktwitterwhatsapp


Empiezo a claudicar,
el tiempo no ha pasado de balde.
Comienzo a desnudar
el otoño con cara de hambre.
Con granizo y estiércol
he copado otro plato de arroz,
sal, ceniza, agua, pena,
unas mil veinte noches
estafado por mi imaginación.
No rechisto, me apego
al vacío destapado en los catres.
Ya no existo, padezco
resfriados por obviar efluvios vitales,
por excluirme de mi alrededor,
por temer algún golpe de suerte
y creerme certero en mi vacío perenne.
Conjeturas aparte,
¿cuántos sueños me atañen?
Consigo reanudar
un camino tortuoso y umbrío,
he podido esquivarle
al insomnio algún golpe de frío.
Pero no me basta,
he notado un impulso feroz
acudiendo a mis venas.
Amanece y despierto
obligado a bajar el telón.
Ha florecido de nuevo el silencio
con ganas de dar por el saco,
se sube a la cima,
seduce a una rima
y se niega a vivir del trabajo
que corrompe a la noble razón
y, a su vez, se vacía la vida
con sorbitos de tiempo cobarde
que aplasta toda mi reflexión:
¿cuántos sueños me atañen,
ay, agosto marchito?
Fraudulentos, infames,
deformados, tan fríos...
Te vas sin mí
y el canto que elegí
en mi cabeza se agolpa
como un faquir
que soporta latigazos
de ganas de comer estropajo.
Y se le olvida crear,
ya no puede ser fiel
a su realidad,
se siente tan lejos
de ser el de siempre,
que se pierde buscando
un silencio locuaz.
¿Te vas?