
Algo que decir
No tengo nada que decir,
me callo
y tengo la certeza
de omitir
la vida de soslayo
que pide con urgencia
dejarla salir.
No me basta con pedir
prestado
el canto de sirenas
y un hondo latir
que huye al excusado:
fina penitencia
de objeto baladí.
Más pronto que tarde tenía que ocurrir...
Que no tengo nada que hacer, me abro
y surge un intenso placer
que me acredita merced sin cargo,
libre ejercicio per se.
No tengo nada que decir...
Lo admito,
mas noto la agudeza
bajo el bic:
oh insólito apetito
que impele con presteza
a buscar un devenir.
No voy a repetir
un mito
ni un amor frustrado
con el dudoso fin
de camelar tu oído.
Pienso que es más sano
vivir que competir.
Y, fíjate qué gracia, ya tengo que decir:
más pronto que tarde tenía que ocurrir...
Que no tengo nada que hacer, me abro
y surge un intenso placer
que me acredita merced sin cargo,
libre ejercicio per se.
Porque sí, yo qué sé...
¡Pues eso!