
Lisboa
Le conocí en Madrid cuando el invierno
Estaba dando ya el último aviso.
Me dijo que era un ángel desterrado,
Que vive a siglos luz del Paraíso
Mirando hacia el lugar donde nació.
Su acento era el de un dulce forastero
Que quiere fascinar a una nativa
Y casi por no hablarme de su vida,
Borracho con un vino traicionero
Cantó sin darse cuenta su canción.
Lisboa, piensa un poco en mí;
Lisboa, si en tus brazos yo nací;
Lisboa, esperándome;
Lisboa, moriré lejos de ti.
Me habló de una ciudad
Colgada al lado del océano
Que mira hipnotizada hacia poniente
Y quise estar allí por puro instinto,
Dejándome llevar por su corriente,
Amándola sin más por intuición.
Lisboa, piensa un poco en mí;
Lisboa, si en tus brazos yo nací;
Lisboa, esperándome;
Lisboa moriré lejos de ti.
Y vi que sus pupilas
Se rompían como estrellas
Porque el viento de la sierra
Se colaba por su piel.
Sentí que se moría
Como muere la gaviota
Cuando está buscando el mar
Y no puede estar sin él.
Lisboa, piensa un poco en mí,
Me muero lejos de ti.
Me muero lejos de ti.