
Soneto De La Luna
La luna nos buscó desde su almena
Cantó la acequia, palpitó el olivo
Mi corazón, intrépido y cautivo
Tendió las manos, fie a tu cadena
Qué sábana de yerba y luna llena
Envolvieron el acto decisivo
Qué mediodía sudoroso y vivo
Enjalbegó la noche de azucena
Por las esquinas verdes del encuentro
Las caricias ansiosas se perdían,
Como en una espesura cuerpo adentro
Dios y sus cosas nos reconocían,
De nuevo giró el mundo y en su centro
Dos bocas una a otra se bebían.