Madrugadas
Madrugadas en busca del trago feliz,
madrugadas de charla estéril y sin fin.
Se escapaba el fondo de la cuestión,
alguien le hubiera puesto cerco pero se durmió.
Nos atizábamos y avivábamos el fuego,
nos peleábamos, rompimos tu vestido nuevo,
tú bebías más tequila cada vez.
Según aquel mariachi, la araña tejía su red.
Se agotó la esperanza, se fue la ilusión,
volvimos a cantar que la rabia era el motor.
No lloramos tu ausencia ni se celebró,
ni siquiera tuvimos tiempo para el rencor.
Nos atizábamos, avivábamos el fuego,
despedazándonos, tragados por el hormiguero,
tú bebías más tequila cada vez,
la música caía del cielo y mojaba hasta tus pies.
A nuestro modo hicimos la terapia de inundación,
prosiguen las excavaciones en nuestro interior
para encontrar el amor.
Nos atizábamos, despellejándonos.
Tú bebías más tequila cada vez,
la música caía del cielo y mojaba hasta tus pies.
A nuestro modo hicimos la terapia de inundación,
prosiguen las excavaciones ...
A nuestro modo hicimos la terapia de inundación,
seguimos excavando el túnel ...
A nuestro modo hicimos la terapia de inundación,
prosiguen las excavaciones en nuestro interior
para encontrar el amor,
para encontrar el amor,
para encontrar el amor,
para encontrar el amor,
para encontrar el amor ...
