Dulce Néctar
En la inmensidad
de los mares
encontré el silencio
de unas palabras
que quiso Dios
que mi alma
se embriagara
de un dulce néctar
de la flor en el pecado,
entre la trémula piel
que seda parece
las caricias se pierden
en rincones intactos.
Solo un suave suspiro
es el que sabe tornarlas
en lagunas de éxtasis.
Incontrolados,
que llevan a límites
infinitamente humanos,
con permiso de unos labios
que atraviesan la piel
palmo a palmo
y que atrapa un sabor
de dulce néctar.
de un dulce néctar.
Y una melodía
que compone su letra
con placeres carnales
hasta retumbar,
de una llama ardiente
de calor sofocante
entre susurros fundida
de conformidad
que llevan a límites
infinitamente humanos
que solo un suave suspiro
es el que sabe tornarlas,
y solo un suave suspiro
es el que sabe tornarlas.
