Aquella noche
Aquella noche de lidocaina,
aquella noche de una sola copa,
aquella noche de un solo ladrido,
de tú a lo tuyo y yo a lo mío,
punto y aparte, punto en boca.
Aquella noche de temblores largos,
aquella noche de palabras cortas,
aquella noche de sudores fríos,
de rincones llenos de rencores
de negras horas a deshoras.
Aquella noche de mil infiernos,
aquel dolor tan intenso,
aquellos ojos que me odian
y que me gritan en silencio.
Aquella noche que aún recuerdo
tatuada en mi cerebro,
aquel desastre incomparable
y ahora yo me fundo a negro.
Aquellos ojos,
de ahí tienes la puerta,
ojos que desenfundan pistolas,
ojos de clavos
y de tortura china
de palmadas que tiran al río
del muro que sólo nace en tu boca.
Aquella frase marcada a fuego,
aquella frase maldita su hora,
aquella frase de amargo comienzo,
de un nodo que no tiene desenlace
y un desenlace que enlaza mi soga.