
A Descerrajar
Dentro de la casa cerrada,
el recuerdo del calor humano,
de la vida no queda nada
si quemamos las horas en vano.
Hoy todo se torna distinto,
la mirada se viste de frente,
el calor se disfraza de frío
declarando la guerra a la gente.
A descerrajar,
a descerrajar,
a descerrajar,
a descerrajar.
Las ideas que siguen ausentes
agonizan de pie lentamente
y a pesar de los días brillantes,
la ciudad se consume invidente
y los rostros que falsos brillaban
hoy se apagan por fin gratismente,
qué esperabas ingenua monina,
una bala de fe transparente.
A descerrajar,
a descerrajar,
a descerrajar,
a descerrajar.
Se acabaron los bares de moda
y la estúpida sed de la gente,
es ridícula toda esa masa,
sin cabeza, ni pies, deprimente.
Dónde vas Alfonsina querida
si te empeñas en ser diferente.
No te creas que ya no te quiero,
es que no te los pude traer.